lunes, 28 de diciembre de 2009

Los fines de año no me gustan

Nunca he entendido porqué, pero la gente suele en estas fechas iluminar todo. Ponen unos árboles que luego se incendian por la cantidad de luces artificiales de origen chino que les cuelgan; mismas que penden también de ventanas, techos, y hasta del alumbrado público.
Los primeros días puede que me agrade; debilidad natural e innata de origen gatuno por las cosas brillantes. Pero ya me quemé y electrocuté una vez por andar jugando con esas luces, que me dejan de gustar pronto por una sencilla razón:
Le restan oscuridad a la noche, que de por sí ya se ve disminuida por la cantidad de faros encendidos en las ciudades. Tristemente ya no se pueden ver claramente las estrellas, y la soledad, ese espacio tan preciado, disminuye.
Una gran tragedia para los gatos como yo, que pocas cosas disfrutan (o detestan) más que estar consigo mismos.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Había olvidado decirte...

que la noche no existe para mí. Los gatos podemos ver en la oscuridad, por más cerrada y asfixiante que parezca. [Porque siempre se cuela un débil haz de luz que en la ranura de nuestros ojos se refleja y amplifica]
Tal vez no debería decírtelo, pero por una facultad similar también puedo dentro de ti. Los miedos que tienes; tus deseos y sueños.
A veces, en mi azotea, he querido ser ciego. Porque cuando alzo la vista la luz de las estrellas se incrusta en mis ojos de una manera casi dolorosa. Porque no soporto mirar fijamente a los ojos de las personas; cuando no me provocan una pena insoportable, me asustan. Son demasiadas las cosas que puedo ver en su interior.
La verdad es que le tengo pánico a los espejos por eso; porque me aterra la posibilidad de verme. Podría quedar eternamente enamorado de mí, o terminar detestándome. Sé que no podría continuar indiferente a mí mismo, a lo que soy, a lo que siento/pienso/deseo/temo.

[Es por eso, sobre todo, que no puedo mirarte fijamente. Además de ver en el fondo de tus ojos lo que eres, en su superficie me reflejo yo. La visión simultánea de ambos universos me es insufrible. Es, por mucho, superior a mí]

martes, 8 de diciembre de 2009

Otros gatos

Cuando un gato no encuentra a otro con quién retozar no piensa en suicidarse; sólo duerme. Los gatos son (casi) los únicos seres con los cuales un minino como yo puede interactuar, los únicos que están a la altura porque tienen el ego bien puesto. Con ellos sólo hay una de dos: O los amas, o los odias.
Los escasos amigos que tuve (que tal vez aún tengo), aquéllos pocos a quienes amé de una manera animal y sincera (esa forma que los humanos intuyen y anhelan, pero ignoran), son gatos. Uno o dos privilegiados (todavía no llegan a tres) que fueron mis enemigos, eran felinos también.
Pequeños, breves seres prodigiosos, aún cuando pude detestarlos, eran (son) dignos de mi reconocimiento. ¿Por qué? Por ser gatos, simplemente.

[Sólo un gato es capaz de entrar en la difícil esfera de otro. Así como yo he entrado en la tuya]

viernes, 4 de diciembre de 2009

De la visón y el humor

Mucho se ha especulado sobre la forma de ver de los animales domésticos, especialmente perros y gatos. No he tenido la oportunidad de hablar con muchos caninos, debido principalmente a que cuando me encuentro con uno casi siempre trata de asesinarme. En cuanto a los gatos, sé que la mayoría percibe en blanco y negro, aunque algunos especialmente sensibles pueden ver el azul. Sólo los muy inteligentes han aprendido a ver en otras tonalidades.
Por mi parte sucede que cuando estoy de buen humor empiezo a percibir diferente. La luz deja de ser pálida y desabrida; adquiere los matices dorados propios del sol, o plateados azulosos si proviene de la luna. El mundo realmente es diferente para mí cuando estoy contento.
Esto me sucede hoy, lo cual es muy oportuno. Puedo ver las últimas hojas del otoño caer. Además de que disfruto mucho jugar entre ellas, aplastarlas, oírlas crujir, son hermosas. Me embelesa el contraste de sus colores amarillos, ocres, rojizos sobre el pasto intensamente verde.
Tengo pensado ir a ver el atardecer a mi azotea favorita. Es una cita prometedora para mí; el sentido del humor que traigo es muy favorable para admirarla en todo su esplendor.

[Para que fuera perfecta sólo faltas tú]

jueves, 3 de diciembre de 2009

Cuando un gato se siente contento...

Brinca a tu regazo en busca de tus caricias, sólo para tener un buen pretexto para ronrronear.

[No quisiera decirlo pero, gracias por ser ese pretexto]

jueves, 26 de noviembre de 2009

Deliciosa muerte

¡Qué festín me he dado! Hoy comí delicioso, comí demasiado. Quedé tirado en la calle, como si hubiera muerto. De milagro los perros no se encargaron de mí, tuve suerte de que tampoco nadie haya querido envenenarme, porque no tuve ningún reparo en atragantarme.
[Benditos sean los depósitos clandestinos de marcianos en lata]
Ahora que he revivido me siento bien, lúcido. El único problema de ese efecto es que es pasajero...

martes, 24 de noviembre de 2009

Temor

Tengo miedo de que un día ya no quiera ser un gato, de que un día despierte y ya no lo sea.
Más aún, de que un día despierte, ya no lo sea... y no me importe.

[Nada grave, un par de pesadillas solamente. Un par de tardes sin tomar café]

viernes, 20 de noviembre de 2009

Esperar, no.

No necesito esperar a que respondas esa pregunta que nunca he hecho; me basta con mirarte, con oírte, con subirme a tu regazo para confirmar lo que ya sé:
Que aunque hemos cambiado, somos los de siempre; ésos que nunca fuimos, ésos que nunca quisimos ser.
Yo partiré a cazar otros sueños que me alimenten, otras manos que me acaricien; en cambio tú esperarás a que tus errores crezcan, maduren y te devoren.

[Por eso los gatos no esperan, simplemente arrebatan o se largan.]

sábado, 7 de noviembre de 2009

Otra pequeña confesión...

[Iba a iniciar esta entrada con un "Me ahorraré las disculpas por ella", pero recordé que los gatos jamás piden disculpas]
Un gato a menudo es casi todo apariencia, y no importa. Un gato es todo lo que es; con eso le basta.
El problema de este gato en particular es que se está humanizando demasiado. Debido a ello la apariencia gatuna que ofrezco es aún más complicada que la de los demás gatos. Explico:
He debido inventar otro gato detrás del cual pueda esconder mis debilidades humanas, porque un gato [uno que lo sea cabalmente] todo lo puede, y nada salvo él le interesa.
A este gato a veces le dan ganas de ser sincero, pero le da miedo serlo. En parte porque no sabe cómo expresarse, hacer que lo entiendan; en parte, también, porque se ha vuelto un cobarde.
Pero al otro no. A ese que también soy yo porque me escondo en él, al que ven caminando con suficiencia en las calles y brincar de una azotea a otra, no le importa lo que de acerca de él piensen/sientan/esperen lo otros. Porque para él los otros no existen, no necesita de nadie que no sea él mismo.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Bien dijo Mafalda...

A los gatos, uno nunca sabe cómo les va.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Cuando hace frío...

Cuando hace frío un gato sueña con meterse en la piel de otro gato para abrigarse, y que los dos se arrullen mutuamente con ronrroneos simultáneos.

¿Oí el miau de alguna voluntaria?

jueves, 29 de octubre de 2009

Pájaro rojo

¿Por qué no me dijiste antes de que te matara que tu corazón se transformaría en un pájaro? Al verlo lo deseé tanto como a ti... y tanto como tú me hizo daño.
Fui ingenuo. Sólo vi un pájaro rojo. Rojo escarlata, rubí. Rojo brillante, como el fuego.
Eso, fuego. Era fuego como el sol. Fuego como el infierno. [El infierno debe ser tan endemoniadamente rojo y luminoso como ese pájaro.]
Un impulso ineludible, inconmensurable me cegó al verlo. Quise tocarlo, tenerlo, comerlo. Tras perseguirlo bastante creí hacerlo mío, pero pronto supe que cometí un error: me destrozó la garganta, quemaba como si hubiera tragado carbón al rojo vivo. Grité, lloré, me revolqué de dolor. Tuve que abrirme el pecho con las garras, ya no soportaba esa intensidad. Me estaba desgarrando por dentro.
Ahí estaba, intacto. Tan rojo, tan vivo. Inmortal. En cuanto se vio libre alzó el vuelo, pronto lo perdí de vista.
Si el corazón es dulce y generoso, al morir se convierte en manzana. Se puede comer y asimilar sin mayor problema. Pero si sus pasiones eran muy intensas se vuelve un pájaro, entonces no hay modo de atraparlo: es completamente libre, eterno...

lunes, 26 de octubre de 2009

Extraña sensación

Ayer soñé que era hombre y acariciaba un gato. Podía sentir con gran claridad su pelaje suave, su piel elástica, y los músculos debajo de ella; firmes pero suaves. Mi mano se deslizaba por las curvas de su lomo, acariciaba los ángulos de su cuerpo. Jugué con él, lo dejé morderme y rasguñarme, pero sólo un poco.
Me vi reflejado en los ojos verdes de ese pequeño prodigio, y aún no sé bien qué decir al respecto. No encuentro adjetivos suficientes para expresarlo, tal vez porque no creo que exista alguno capaz de describirlo.
No se trata solamente del terrible encanto de un gato; es el terrible encanto de un gato descrito por uno que ha soñado con tener una mano humana con la cual acariciarse a sí mismo. La experiencia es... indescriptible.

lunes, 19 de octubre de 2009

Bandeja de aluminio

Escuché a una estudiante de una ingeniería preguntar dónde podía conseguir una bandeja de aluminio que necesitaba para una práctica de laboratorio. Nadie supo decirle.

"¡A qué universitarios tan faltos de ingenio...!" - pensé - "nada más fácil que derribar un ovni"

Pobrecilla, de ser tan lista como yo seguro la chica se titularía en dos años y medio. En fin, nunca me verán colaborar con el desarrollo técnico de este país, básicamente porque no se me da la gana.
De lo que se pierden, ¿verdad?
Sí, yo sé, yo sé...

sábado, 17 de octubre de 2009

Somos libres

Los gatos no tememos a la muerte, porque intuimos que no existe. Aunque a veces, al sentirla de cerca, podemos dudar. Para nosotros morir es lo mismo que renacer, en otro cuerpo y otro espacio, pero, repito, esto no es más que una intuición. Ninguno de nosotros se preocupa mucho por estas cosas; antes bien, nos ocupamos de vivir sin arrepentimientos ni excusas.
A lo que sí le teme todo gato es al dolor, pero eso le sucede a cualquier animal (siempre que no tenga problemas psicológicos, que también los hay). De ahí en fuera somos libres; libres de todo temor, de toda reflexión moralista, de cualquier atadura racional. Ese es el origen de nuestra soberbia: estamos más allá de la filosofía y la incertidumbre, ergo los humanos son seres inferiores, dignos solamente de compasión.
Resulta muy cómico, pues, ver cómo pretenden hacernos objetos de su pertenencia, ser nuestros "dueños". No han entendido que nadie puede dominar a quien es dueño de sí mismo.

miércoles, 14 de octubre de 2009

"Además...

tú eres bien tramposo, ya déjame"

No, contrario a lo que piensan, no me lo dijo mi amante de turno. Lo oí en la tierna voz de una niña de seis años. Para que vean que ese tipo de frases les salen al lado femenino de la especie de forma natural...

jueves, 8 de octubre de 2009

Un cuate me envió estas fotos

Son una especie de crónica de un día en su escuela. Sale en casi todas, y se ve bien pese a tener la piel roja. Es fotogénico, aunque nunca tan guapo como yo.

Al salir del metro...
De camino al salón...
Una discusión sobre la clase...
Hace un comentario que impresiona al profesor...
Aunque es todo un intelectual...
Se da tiempo para bromear con los amigos...
Y amigas...
Su pasatiempo preferido es espiar en el baño de mujeres...
pero no es un pobre fracasado, al contrario...
es un galán, siempre rodeado de bellezas...

viernes, 2 de octubre de 2009

Cielo

Cuando no era no más que un cachorro, ignoraba que el cielo existía. Había oído hablar de él, lo imaginaba, pero al andar por las calles jamás miré su rostro. Vivía tranquilamente sin él.
Un día, no sé por qué, alcé la vista. A partir de entonces el cielo me persigió a todas partes, sin importar a donde fuera.
Aún hoy no he podido quitármelo de encima. A veces lo detesto, otras es mi único consuelo.
Puede sonreír en mi cara, insolente, y quiero aniquilarlo; hacer que me enternezca hasta sentirme ridículo, sobre todo en el crepúsculo, cuando despliega su gama de colores; o provocarme ganas de morir para sumergirme en él, especialmente en ciertas noches sin nubes.
No me dejará jamás. Sé que seguirá aquí, que se meterá definitivamente en mis ojos el día en que los cierre para siempre.

jueves, 1 de octubre de 2009

Censura

Este gato ha sido censurado.
Hasta hace unos días era posible ver una bonita serie de desnudos, pinturas casi todos, en la parte superior derecha de este blog. Tales imágenes estaban alojadas en una cuenta de Flickr que este minino abrió expresamente para ese fin.
Pues resulta que alguien (alguno de esos anónimos cobardes) se quejó del contenido de esa cuenta, por considerarla no apta para todo público. Es decir "No segura" (es ridículo, lo sé). El personal de Flickr revisó y decidió modificar el filtro de seguridad a "Moderado".
Moderada o no, a causa de esa censura ya no se ven más esas imágenes. Lo siento. Tendrán (y tendré) que dejar de sentirse un poquito vouyeristas al pasar por este espacio. Me tragaré mi indignación, y buscaré la manera de subir esas imágenes, aunque sea de otra forma menos llamativa.
No me agradezcan. Más que por ustedes, lo hago por mí.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Hay algo que quiero decirte

No te conozco, no me conoces, pero hay algo que quiero decirte: La vida es una gran injusticia.
A veces quisiera alejar la tragedia de ti, pero no es posible. Todos sufrimos, todos debemos sufrir en algún momento. Unos más que otros, de diferentes maneras.
Así que no te avergüences de tu pena; súfrela todo lo que tengas que sufrirla, pero también supérala. No te quedes en ella.
Puedes revolcarte de dolor, vomitar maldiciones, buscar explicaciones en un intento por racionalizar el gran absurdo de la existencia y de la muerte. No importa qué hagas mientras aprendas a sufrir, a llorar, y después a seguir.
Porque a pesar de que la vida es injusta, siempre existe la oportunidad de hacerla hermosa. Aprovechar esa oportunidad debe asumirse como una obligación. Sólo así se vuelven tolerables el absurdo, la injusticia y el dolor.
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El adiós y la pérdida son terribles, pero cuando nuestros seres amados se van lo mejor que les podemos ofrecer es la promesa de que trataremos de ser felices.

martes, 22 de septiembre de 2009

Trueque

Un secreto se paga con otro de la misma índole y magnitud.
[Tú lector, dejas muchas cosas mientras tus ojos pasan por estas líneas, sin que te des cuenta]
Espero todavía tener suficientes para hacer intercambios fructíferos.
Si me cuentas tu falacia más íntima, puede que yo te hable de la ruptura que me dio origen.

No hay dos horizontes iguales. Cuando se miran de frente se cimbran y chocan; ya no pueden ser los mismos.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Weber reflexiona sobre los "nexos" con una mujer:

Imaginemos que un individuo declarase, respecto a una mujer con la que mantiene nexos: "En un principio nuestras relaciones constituían sólo una pasión; ahora constituyen un valor". La ética kantiana expondría la primera parte así "En un principio sólo éramos un medio"...

Chale, pinches reflexiones todas densas. Pasión, valor, o medio ¡qué importa! Lo importante es que exista una relación, lo demás, son meras etiquetas. Ni si quiera basadas en la lógica formal alcanzarán nunca a definir si la relación

"afrenda de lo auténtico por excelencia y así mismo característico de la vida"

o si

"nos procura la salida de mecanismos de 'valor' impersonales y suprapersonales y, por consecuencia, hostiles a la vida que nos libra de la cadena que nos tiene sujetos a la roca unánime de la rutina cotidiana..."

¿A poco no es bien divertida la gente que se toma demasiado en serio?

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Conste que aunque las citas son textuales, están completamente fuera de contexto, y esta entrada las rescata así porque así son graciosas. Por supuesto no contienen nada de su significado original (cualquiera que éste sea). Para (mayores) dudas y aclaraciones checa Sobre la teoría de las Ciencias Sociales, de Max Weber, en la última parte... y prepárate a que te duela la cabeza

domingo, 20 de septiembre de 2009

Monstruos en Coyoacán

De mis sueños surgen a veces pequeños monstruos, criaturas deformes o francamente abstractas. Cuando despierto puedo verlos a mi alrededor; huyen apenas se dan cuenta de que no sigo dormido.
No pensé nunca que tuvieran alguna utilidad, hasta que la crisis me hizo reflexionar sobre el asunto. Decidí esforzarme en despertar pronto para poder cazarlos; una vez que tuve suficientes de ellos envié a un representante a venderlos. [Obviamente no iba a hacer yo ese trabajo]
Fueron a Coyoacán ayer, y nadie los quiso comprar. Si alguien se llevó alguno fue a un precio inmerecidamente bajo. No es de extrañarse: El mundo todavía no está preparado para ellos...










Aclaración: Las manos que aparecen en las imágenes son de mi representante, a quien contacté por medios indirectos, e ignora mi gatuna identidad.

martes, 15 de septiembre de 2009

Play with me, now!

Hay veces en las que, de tanto buscar, uno se encuentra lo inesperado, lo que sin embargo se deseaba en lo más profundo del ser. El deseo es así; invoca, evoca y provoca, sin que se lo pueda controlar.
Los riesgos son siempre eso: existe la posibilidad de ganar o perder. Lo que debe preponderar es evitar hacerse daño a uno mismo. Entendidas estas reglas, ¡a jugar se ha dicho!
Jugar, sí, a lo que quieres y no puede ser; a lo que los demás no imaginan. Jugar, no sólo soñar o fantasear; atreverse, hacer, arriesgar... sufrir y gozar; lo que sea menos quedarse sólo viendo a los demás...
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Este gatito pide disculpas una vez más, los demonios de la embriaguez lo atrapan más frecuentemente de lo que le gustaría admitir...

sábado, 12 de septiembre de 2009

Debilidad

A veces me da vergüenza reconocer que después de tanto tiempo de convivir y analizar a las personas me he llegado a contagiar un poco de su repugnante humanidad. Hasta he soñado que soy uno de ustedes...
En fin, es hora de las confesiones. Voy a decir una de mis más humanas debilidades:
Me dan terura los que lloran ante el absurdo. Ellos, que tropiezan con él y no pueden dejar de verlo en todos lados, que lo encuentran hasta en el interior de sus zapatos, y se arrodillan llorando ante la impotencia, perfectamente incapaces de comprender, me provocan tal ternura que me hacen sentir asco de mí mismo...

miércoles, 9 de septiembre de 2009

¿Y si fuera al revés?

Qué tal si, así como nosotros decimos "Los seres invisibles sí existen, lo que pasa es que no los vemos"; ellos dijeran "Los seres visibles sí existen, los vemos", pero no nos pudieran tocar porque son incorpóreos...
No sé qué piense el lector, pero yo sentiría vergüenza. Al espiarnos, estas formas de vida inteligente podrían hacer chistes de nosotros, y burlarse en nuestras caras sin que nos demos cuenta. En el mejor de los escenarios sólo nos tendrían envidia o lástima, o ambas cosas al mismo tiempo.

martes, 8 de septiembre de 2009

Entrevista

Usualmente no me interesa el tema, pero la crisis me ha golpeado a mí también. Cada vez es más difícil encontrar comida decente en las calles. Por motivos de seguridad no diré cómo, cuándo o dónde, pero fui a ofrecer mis servicios a una empresa editorial.
Como hay que ir muy presentables acicalé mi pelaje hasta casi quedarme sin saliva. En la fila mis competidores creyeron que el que estuviera ahí un gato era una curiosidad, así que me divertí mucho al ver sus caras cuando llegó mi turno. En general, fue todo muy aburrido, sólo recuerdo algunas preguntas sin sentido que me hicieron:

- ¿Qué es lo usted sabe hacer?
- Comer, dormir, escribir absurdos en un blog y maullar. Esto último lo hago muy bien, tengo un talento innato...
- ¿Por qué quiere el trabajo?
- Yo no quiero el trabajo, vengo a hacerles una oferta que podría ser muy lucrativa para ambos.
- ¿En qué cree usted que puede colaborar con nosotros?
- Como le dije, no vengo para que me contraten como un empleado más. Personas dispuestas a vender su tiempo y esfuerzos hay muchas. Yo les tengo una propuesta seria: Compren mis escritos, comprométanse a publicarme. Estos libros tendrán un éxito garantizado por el mero hecho de que el autor es un gato; y no sólo un gato, soy yo. ¿Entiende lo bueno que es eso?

Y bien, el resto no tiene sentido contarlo, es bastante previsible cómo terminó el encuentro. Claro, ellos no me llegaron al precio, ni pudieron cumplir mis condiciones, así que me negué terminantemente a dejarles publicar mi obra.
Después de todo, no hay nada como un blog. Cierto es que no paga, pero se es completamente libre de publicar lo que sea, sin editores que molesten con tonterías como el tiempo, el contenido o la exensión.
Además, ¿quién diablos quiere ser escritor? A mí me basta y me sobra con ser gato.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Mudarme otra vez

He decidido mudarme de barrio, ya me aburrí de este. Tanta tranquilidad es molesta, casi nunca se escucha nigún ruido. A veces maúllo para romper el silencio, pero me asusta mi propia voz.
Los dueños de las casas trabajan todo el día para pagar el mantenimiento de los jardines que yo disfruto a solas. Sus vidas son muy aburridas. Debo alejarme de ellos: la monotonía se contagia.
Además, ya no me satisface la comida que puedo encontrar en la basura. La mayor parte es pizza que a menudo tiran fresca, casi entera, pero me estriñe y no quiero pelear por unas croquetas con los envidiosos gatos caseros de estos rumbos.
Vagaré. Así que si ves por ahí un gato gris guapo y simpático, y cubres los requisitos básicos necesarios para adoptarme, di que lees mi blog y me mudaré contigo.

Oda al gato

El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato
quiere ser sólo gato
y todo gato es gato
desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro.
No hay unidad
como él,
no tienen
la luna ni la flor
tal contextura:
es una sola cosa
como el sol o el topacio,
y la elástica línea en su contorno
firme y sutil es como
la línea de la proa de una nave.
Sus ojos amarillos
dejaron una sola
ranura
para echar las monedas de la noche.
Oh pequeño
emperador sin orbe,
conquistador sin patria,
mínimo tigre de salón, nupcial
sultán del cielo
de las tejas eróticas,
el viento del amor
en la intemperie
reclamas
cuando pasas
y posas cuatro pies delicados
en el suelo,
oliendo,
desconfiando
de todo lo terrestre,
porque todo es inmundo
para el inmaculado pie del gato.
Oh fiera independiente
de la casa, arrogante
vestigio de la noche,
perezoso, gimnástico
y ajeno,
profundísimo gato,
policía secreta
de las habitaciones,
insignia
de un
desaparecido terciopelo,
seguramente no hay
enigma
en tu manera,
tal vez no eres misterio,
todo el mundo te sabe y perteneces
al habitante menos misterioso,
tal vez todos lo creen,
todos se creen dueños,
propietarios, tíos
de gatos, compañeros,
colegas,
discípulos o amigos
de su gato.
Yo no.
Yo no suscribo.
Yo no conozco al gato.
Todo lo sé, la vida y su archipiélago,
el mar y la ciudad incalculable,
la botánica,
el gineceo con sus extravíos,
el por y el menos de la matemática,
los embudos volcánicos del mundo,
la cáscara irreal del cocodrilo,
la bondad ignorada del bombero,
el atavismo azul del sacerdote,
pero no puedo descifrar un gato.
Mi razón resbaló en su indiferencia,
sus ojos tienen números de oro.
Los animales fueron
imperfectos,
largos de cola, tristes
de cabeza.
Poco a poco se fueron
componiendo,
haciéndose paisaje,
adquiriendo lunares, gracia, vuelo.
El gato,
sólo el gato
apareció completo
y orgulloso:
nació completamente terminado,
camina solo y sabe lo que quiere.


Pablo Neruda.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Genuina confesión gatuna

Me dan lástima aquéllos que nunca han sentido ganas de arrancarse los ojos, o de gritar como posesos en una azotea...

martes, 1 de septiembre de 2009

Significados

A continuación, los significados más usuales de los siguientes sonidos gatunos:

MIAU [Pronunciado de manera insistente]
Me Incita ese Aroma; Urge que me des de comer

MAU [Dicho en tono casi suplicante]
¿Me Acaricias Un poco?

Rrrrrr [Sonido que se escapa en un trance placentero]
Rico-rico-rico-rico-rico-rico

GRRR [Pronunciado con cierto enojo]
Guarda tu dustancia; Rasguño-Rasguño-Rasguño

FSSS [Sonido previo a un ataque, equivalente a amenaza]
Fatal si te acercas; Salcorriendo-Salcorriendo-Salcorriendo

domingo, 30 de agosto de 2009

Simone,

¿de verdad eres mía, o vienes del sueño de otro?
Puedo correr tras de ti sin cansarme nunca, mirarte fijamente y no sentir que se me queman los ojos. Creo que puedo alcanzarte...
Al cruzar la línea muero. Eres un sol falso.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Quiero, puedo, voy a ser

Mientras soñaba subí al metro; canté canciones, leí cuentos en voz alta, recité poemas. Reuní monedas suficientes para irte a ver e invitarte a tomar un café. Quería regar en tus ojos mi mirada, sembrar en tus oídos mi voz... sentir que ponía en ti algo mío para que echara raíces y pudiera tener al fin algo valioso que compartir contigo.
Desperté siendo no más que un pobre gato sin un solo peso; te vi con ese perro, a quien quieres por su fidelidad idiota, aunque no puede ofrecerte nada más que yo.
No te preocupes, me voy con mi sueño y mis ganas. Te lo vas a perder. No te daré nada porque no tiene caso. Yo quiero, puedo, voy a ser. Aunque no sea contigo.

viernes, 21 de agosto de 2009

Y qué tiene si...

de vez en cuando uno se deja ir, al grado en que ya no se reconoce la propia identidad. Es tan bueno perderse entre la nada...
Ahh, hacía mucho tiempo que no sentía esto
Y qué si algunas veces da miedo el futuro, o el presente tiene ganas de asfixiar; siempre quedo yo, desnudo, intentando cubrirme con los mitos que invento en momentos como ahora.
Ahora que en el tiempo hay un gran hueco, y sin embargo no cabes tú...
[Lamento decirlo pero es cierto, lo único que está es tu ausencia]
___
Lo siento, no soy más que un gato en estado de ebriedad. No me pregunten como puede ser eso. Hay tantas cosas que no deberían poder ser, que esto es una nimiedad...

miércoles, 19 de agosto de 2009

Engendro de una pesadilla

Ella está embarazada, él la desprecia. El fruto de su rencor crece en su vientre. Va a parir, siente una terrible presión ahí. Tiene ganas de gritar y no puede. Está sola con la cosa que viene, que lucha por salir. Él no lo ha notado siquiera.
Alguien viene a ayudarla. La tira boca arriba en el piso, sobre la sábana sucia en la que duerme.
Ella lo siente venir, duele tanto que no tiene fuerzas para pujar, por más que quiere expulsarlo ya de su cuerpo. El dolor se vuelve aún más intenso porque ahora siente con toda claridad unas pezuñas atravesadas en su vagina.
El extraño introduce su mano, sujeta las pezuñas y jala con fuerza. La mujer siente que se desagarra.

La cosa que ha parido es un potro.

El pequeño caballo blanco se para sobre las cuatro patas que casi matan a su madre, cubierto de membranas. Alza la mirada, dice algo con una voz muy masculina. Su progenitora está tan impresionada que no le entiende. Como se desmaya, no alcanza a ver que el potro es muy inteligente y que antes de morir debido a su veloz crecimiento, mata a su padre a punta de patadas en la cara, como venganza por haberlo engendrado.
___________
[Así, o más raro]

domingo, 16 de agosto de 2009

Expulsar lo dañino

Al acicalarnos, los gatos nos tragamos los pelos que se desprenden de nuestra piel. No es agradable, pero es algo que no podemos evitar. Simplemente sucede. Algunos no tienen mayor problema con eso, pero otros sufren mucho cuando lo pelos se acumulan en el estómago.
Hay que expulsar la bola que se forma, lo cual es por lo menos incómodo. Doloroso, asqueroso... peor que vomitar. Pero es necesario hacerlo. Si algo nos caracteriza a los gatos -que nos distingue de los humanos- es que no importa cuán doloroso sea, nunca dejamos que las cosas que nos hacen daño se nos queden adentro.
[Por supuesto que eso también aplica a las relaciones personales, debes saberlo. Y si no, ya lo sabrás.]

lunes, 10 de agosto de 2009

interferencia again

La vida gira y da vértigo. Puede ser divertido, peligroso. Un juego para los arriesgados en el que siempre hay miedo. El porvenir inquieta, asusta, e ilusiona [a veces estás ahí, a veces no]. Sin embargo es necesario aprender a enfrentarlo, aunque el miedo ataque siempre, por todos lados.
El miedo a llegar tarde, a lo que puedan decir, a no saber qué comer. A no saber qué hacer, cómo comenzar o terminar [una cuartilla, un semestre, una llamada o lo que sea] El miedo a hablar, a quedarse callado. El miedo al dolor, a la tragedia, al olvido. El miedo al desamor. El miedo al miedo.

sábado, 8 de agosto de 2009

Lucecitas

Vamos al doble de la velocidad permitida en esta carretera, gruesas gotas de lluvia se estrellan contra el parabrisas, los rayos caen a nuestro al rededor. Por momentos puede verse el color verde de las hojas en los árboles que el viento agita, en un cielo de un azul más claro que el de medio día. Pero después, en la oscuridad de la noche, la tormenta hace que esos mismos árboles parezcan gigantes deformes acechándonos, y el cielo es como la garganta de una fiera que quisiera devorarnos.
Nos perdemos. Te metes en un camino de tierra para dar la vuelta. Mientras lo haces me asomo. Miro por la ventana, descubro sobre el lodo una pequeña luz blanca que parpadea. Mientras observo con detalle su forma rectangular, veo que otra aparece un poco atrás. Son dos, cuatro, más; con asombro pregunto ¿Qué son esas lucecitas que parpadean en el suelo?
Te asustas. Aunque me preguntas cuáles lucecitas, tú no quieres ni voltear a verlas, y me pides que calle mientras terminas de dar la vuelta. Todo empieza cuando la niña ingenua empieza a hacer preguntas, me dices. Emprendemos el camino de regreso a la carretera.
Pienso que no sé qué son esas luces, los pasos de un ser extraño, las lágrimas de un fantasma, o los ojos de algún observador sobrenatural. Me arrepiento de no haberme bajado a tomar una entre mis manos para examinarla, pero sé que no sentí miedo cuando las vi. No sentí miedo entonces, ni ahora que ese papadeo luminoso aparece incrustado entre mis ojos cada vez que los cierro.

viernes, 31 de julio de 2009

Línea recta

Después de vagar unas semanas he encontrado un vecindario peculiar. En él hay, entre calle y calle, una tapia que atraviesa los patios de las casas. Puedo seguir esa línea recta, asomarme de patio en patio, y satisfacer mi curiosidad con los secretos que guardan. De esta manera todas las casas son mías, mi puerta de entrada son sus jardínes, que a menudo me parecen bosques o selvas.
Mientras exploro en busca de lugares cómodos y variados, aprovecho para comer. Algunas veces robo la comida de los gatos caseros que han salido a dar una vuelta, otras hurgo en la basura en busca de un buen bocado.
Podría pensarse que es tarea de haraganes, pero tiene sus riesgos. Nunca se sabe de dónde puede salir un perro, un gato dispuesto a defender su plato de Whiskas, o un vecino diestro en el arte de disparar zapatos o dar golpes con la escoba.
Es el punto medio perfecto para mí, que no busco un hogar fijo todavía. La única desventaja es que cuando tengo ganas de que me den una caricia, no tengo a nadie cerca que me la prodigue.

viernes, 24 de julio de 2009

Al acecho

No soy un pequeño gato que ha subido a jugar en la azotea, sino una pantera que acecha a su presa. En mi piel se refleja la noche, sin estrellas. De mis ojos brota el fulgor asesino del deseo. Camino sigiloso entre la selva; siembro mi huella en la tierra húmeda, escucho atento el verde rumor del viento entre las hojas.
De pronto me agazapo, miro alerta. Rujo y doy un salto. Atrapé el sueño que ha de alimentarme. Entre mis colmillos se desangra, hasta que logro hacerlo mío por completo. Finalmente, lamo mis garras para quitarles hasta el último resto de su sabor metálico.
Ahora puedo dormir, debo prepararme para la siguiente cacería. La misma apuesta: matar o morir.

viernes, 17 de julio de 2009

El llanto: sus motivos

Los gatos no lloran. Puede que se entristezcan, pero nunca lloran. Y si llegan a hacerlo es siempre, desde que son unos cachorritos, por la misma razón: el hambre.
El llanto de un felino consiste únicamente en una serie de sonidos lastimosos, pues son físicamente incapaces de producir lágrimas. [Entre los de nuestra especie, las lágrimas son señal inequívoca de enfermedad] Cuando crecen, los gatos aprenden a emitir ese ruido para obtener comida de los humanos a su alrededor. Esta acción no deteriora su orgullo si con ella logran su objetivo, lo cual prueba al menos dos cosas:
1.- No conocen las normas de ética
2.- Pueden dejar de ser arrogantes si eso les conviene
Pese a la evidencia anterior, sé de un gato que murió llorando. Algunos dicen que lo mató la tristeza, pues rechazaba los alimentos. Lo que no saben es que no podía satisfacer su apetito con eso. Lo que aquel gato tenía era hambre de sí mismo.
Lástima. Algunos sí podemos satisfacernos. Otros no.

jueves, 16 de julio de 2009

Reunir el valor

Conozco un escritor muy cobarde. No ha publicado un solo libro, aunque continuamente inventa historias; ya sea para explicarse el mundo, o para sobrevivir a la cotidianeidad.
Su mayor triunfo es negarse a luchar esa batalla, en vez de asumir el riesgo de perderla. Teme mucho que su primer obra defraude sus expectativas, y que después no tenga tiempo de escribir algo mejor. Así que prefiere no hacer nada.
De vez en cuando reúne algunos fragmentos de sí, dispersos en papelitos que llena de anotaciones azarosas. Entonces es como si se mirara desnudo en los pedazos de un espejo roto. No sé que es lo que siente, pero me consta que, aunque después los esconda con premura, continuamente busca entre sus papeles sueltos algunas notas que le sirvan para construir otro reflejo de sí.
Tal vez un día encuentre uno con el suficiente valor para escribir su libro. Ojalá que le de tiempo de hallarlo.

miércoles, 15 de julio de 2009

Razones para huir, aunque sea por un momento

Un gato ambiciona tenerlo todo: Una casa grande donde pueda dormir sin ser molestado, que incluya personas que le den de comer delicioso y lo mimen siempre que él quiera. Una vez que ha reunido lo anterior puede empezar a medir el tiempo que tardará en aburrirse.
A menudo un gato se escapa no porque extrañe estar con otros gatos (o gatas), sino porque siente la necesidad primaria de cazar algún animalejo. No para comer, ni (como algunos dicen) para satisfacer el instinto de matar. Simplemente para constatar que sigue siendo capaz de hacer algo por sí mismo.
Además, quién puede soportar la rutina, por más "feliz" que sea. ¿Para qué sirve la perfección, si no para introducir un poco de caos y disfrutar de lo imprevisible?

lunes, 13 de julio de 2009

Cumpleaños gatuno

¿Qué significa para un gato cumplir años?

Absolutamente nada. Los gatos no perdemos nuestro tiempo en esas tonterías. Como nadie se fija en qué fecha nacemos, no es posible saber con precisión nuestra edad, y no sentimos nada al respecto. Para nosotros no hay cumpleaños, sino vidas.
Las vidas son períodos definidos por la búsqueda de un objetivo. Éste varía de gato en gato, y es secreto (a menudo incluso para nosotros mismos). Al alcanzarlo, se termina una vida y comienza otra. La transición de una vida a otra, si necesariamente incluye la muerte física o no, es un misterio cuya discusión no cabe en esta entrada.
Es poco usual que un gato sepa cuántas vidas ha tenido. Quienes dicen recordar cuántas veces han nacido o muerto son tachados de locos y anormales. Locos, porque saber eso es prácticamente imposible; o lo que dicen es ficción premeditada, o se mienten a sí mismos. Anormales, porque el transcurso del tiempo, o cualquier asunto semejante, nos importa un bledo.
Debido a que la hipótesis de que somos inmortales es demasiado cruel para aceptarla [¿Ser perfectos amerita semejante castigo?], algunos tratan de establecer límites a nuestro número de vidas. Se dice que sólo tenemos siete, o nueve a lo mucho. En realidad, no sé bien de dónde salió esa cifra. Y tampoco me interesa mucho.

miércoles, 8 de julio de 2009

Grados de tolerancia

No soy de los que despiertan a todo el vecindario con el escándalo de una pelea. Soy un gato pacífico porque las riñas me dan flojera. Sólo ha sucedido un par de veces que me he enojado realmente, desatando un torbellino de ira de tal magnitud, que termina siendo ridículo, y me avergüenza reconocer que soy capaz de eso. Nada detesto más que el drama, me estresa. Usualmente, cuando una serie de hechos incómodos se acumula de modo que ya no puedo tolerarlos, simplemente me voy.
Sin embargo últimamente había estado propenso a molestarme por pequeñeces. Mi coraje incrementaba al constatar el hecho de que cosas que antes no me importaban de pronto podían irritarme. Algo había quebrantado mi tolerancia basada en la absoluta indiferencia, y eso me resultaba inaceptable.
Tan enojado llegué a estar conmigo mismo por eso, que sentí ganas de rasguñarme y morderme hasta arracarme todo el pelaje. En eso estaba pensando, cuando accidentalmente me cayó encima, literalmente, un balde con agua fría (recuérdese que, como casi todo gato, detesto mojarme más de lo imprescindible). Cuando creí que me volvería loco y me suicidaría tantas veces como vidas me quedaran, vino a mi mente una palabra, que fue como una revelación: Equlibrio.
Pensé en el equilibrio mental, en mi vieja capacidad para no dejar que cualquier cosa me enoje, e incluso ignorar aquello que me lastima.
Respiré profundamente mientras me levantaba del gran charco de agua, pensando "Equilibrio". Descubrí que estaba bien. El agua fría me refrescó bastante, ahora que por circunstancias que no voy a explicar estoy en una zona tropical muy calurosa.
Puedo suponer tranquilamente que toda la racha de mal humor no era más que una reacción ante el calor. No me importa si en realidad no es así, es sólo un pretexto para no asumir la responsabilidad (como hago siempre) de mi anterior irritabilidad. ¿Y qué importa eso, si me ayuda a recuperar el control?

miércoles, 24 de junio de 2009

Bueno, sólo lo suficiente

Lo bueno, es que sé que siempre estarás ahí para mí.
*
Lo malo es que todo ese tiempo tendré que soportarte.
*
Mi mayor consuelo es que mientras, tendrás que soportarme tú a mí también.
*
Procuraré que no sea tan fácil.

[Para que no te aburras, para que no me hartes...]

sábado, 13 de junio de 2009

Adiós Alice...

Uno vuelve siempre, a los viejos sitios donde amó la vida
y entonces comprende como están de ausentes las cosas queridas
Por eso muchacha no partas ahora soñando el regreso,
que el amor es simple y a las cosas simples las devora el tiempo.

domingo, 7 de junio de 2009

Se me antoja una historia

Las historias son bichos muy extraños, animales pequeñitos que, si se cultivan con esmero, salen de la tierra desplegando sus alas multicolor. Aunque pueden parecerse mucho, no existe una igual a otra. Tienen unos ojos muy hermosos, pero verlos fijamente produce una hipnosis que puede llevar a la locura.
Hay que tener cuidado de que no crezcan demasiado, pueden devorar a quien las cultiva. Se rebelan y atacan: muerden, rasguñan, hieren con sus diminutos pero muy afilados dientes y garras.
Cuando empiezan a salirse de control lo único que se puede hacer es contrarrestarlas con otras historias. Sin embargo, cultivar bien unas cuando ya se tiene problemas con otras no es nada fácil. Con un poco de suerte y suficiente habilidad se pude lograr que se apacigüen mutuamente. Entonces se amanzan, incluso hay quien dice que al replegarse se quedan dormidas, como gatitos.
Aunque no me consta, lo creo. A veces cuando duermo siento cómo algunas pequeñas historias revolotean a mi alrededor. Se me antoja comerlas [dicen que saben mejor que los marcianitos en lata], pero son muy escurridizas. Un día de estos atraparé una.

Construir un espacio

Necesito construir un espacio donde podamos estar tú y yo. [Un cubil, una cueva, un sótano o una azotea] Un refugio donde podamos estar agazapados, protegidos, juntos. Lejos de esas cosas que te alejan y me alejan. Donde retocemos hasta cambiar de piel, donde podamos quedarnos siempre.
Quiero un lugar para los dos, una sala de juegos. Un punto donde confluyamos, un sitio del que no haya que huir, donde nadie pueda entrar.
Sonaría una canción para ti.
Comeríamos fruta con queso y pan.
Mi sueño estaría arropado por tus caricias.
No sé donde, pero sé que existe. Voy para allá. Ahí te espero, o ahí me esperas. No tienes que avisarme, sé que te encontraré.

miércoles, 3 de junio de 2009

Todo o nada

Me piden elegir, y yo no quiero escoger a nadie. ¿Cómo discriminar? Quiero, deseo, debo tenerlas a todas. No puedo preferir entre Eva, Elena, Sofía y María; las necesito a todas: la relación impulsiva, afectiva, intelectual y moral.
_______
Pregúntale a Jung C.G en Cirlot J. E, Diccionario de símbolos.

lunes, 1 de junio de 2009

Desierto perdido

Una mujer desnuda de espaldas. Persigo la silueta de ese desierto vertical. ¿Es un espejo o una ventana? Mientras trato de averiguarlo ella desaparece.
Quizá no fue cierto, quizá nunca existió. O tal vez sea que yo desaparecí.
¿Quién sabe?
Bienvenido a mis "soledades interactivas".

[¿O no, Dominique?]

viernes, 29 de mayo de 2009

Cambio de papel

Fingir ser alguien más es una práctica común entre los periodistas que desean hacer reportajes muy profundos, porque les permite tener acceso a información y experiencias que sería imposible obtener de otro modo. A esta forma de periodismo se le llama "encubierto".
Me pregunto, ¿qué escribiría alguno de estos periodistas si pudiera hacerse pasar por gato?
¿Qué escribiría yo si pudiera hacerme pasar por periodista?

martes, 26 de mayo de 2009

Cobre

He visto que muchas de las personas que me agradan tienen uno o dos cabellos rojos ocultos entre el resto que es color oscuro. Al descubrirlos me sentía poseedor de un secreto, hasta entonces bien oculto entre la melena. Siempre pensé que eran como cables de cobre que hacían conexión con su cerebro.
Hoy, mientras acicalaba mi pelaje, descubrí que también tengo uno. Reaccioné con sorpresa, y un poco de miedo. Temo que alguien lo descubra, que pueda por esa vía darme choques eléctricos y componer mi cerebro.
De ahora en adelante seré aún más cuidadoso con las personas a quienes les permito acariciarme, no vaya a ser la de malas...

2:21

El gato no duerme, sólo mira.
Es todo ojos, y con ellos se traga a la noche.
El gato no duerme, sólo escucha.
Sus orejas, como antenas potentísimas, alcanzan a escuchar toda clase de sonidos:
Quejas, gemidos, ronquidos, ronrroneos;
pesadillas, deseos, sueños;
el cielo, la tierra, el infierno.
Puede oírlo todo, puede verlo todo, pero no hay ni una sola palabra escrita o pronunciada para él.
Por eso no duerme, por eso aún busca.

sábado, 23 de mayo de 2009

Intento 1, aunque ya sé que no.

¿Qué puedo decirte ahora que no soy yo? ¿Qué podré decirte...? Todo y nada. La cosa es así de absoluta.
Cuando el frío en los pies no te deja dormir deseo que tomes mi piel y te hagas un par de calcetines grises. Sé que te daría mi calor, sé que podría meterme en tus sueños.
He sentido el deseo de abrir tu pecho en dos y ver lo que hay dentro. Hoy sólo quisiera lamer tus manos, tus dedos que deben saber como llamas.
Ya sé que no, ya sé. No sé para quién, si eres tú o soy yo, o no es nadie. Suena a un estúpido juego de palabras, lo sé. Pero en la oscuridad dibujo luces con ellas, busco que se parezcan a ti.
Hoy quise caminar contigo, que me tomaras del brazo. Quise remojar el pan de mis ojos en el café negro de los tuyos, que te los comieras a bocados.
Quiero un dulce que me quite la inquietd, borrar ese sabor amargo, bajar del limbo a tus brazos.
Ya sé que no, ya sé. Mientras puedo ser tus calcetines me acicalaré la piel, intentando creer que son tus dedos los que me acarician, así como las llamas lamen las paredes.

jueves, 21 de mayo de 2009

¡Por favor!

Esto es casi antigatuno pero... necesito que alguien, quien sea, me ayude por favor a ser completa y asquerosamente feliz...
[Acabo de comer delicioso, la temperatura es perfecta, estoy relajado en un sillón mullido]
¡Ráscame la pancita! ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Ahora!
Tic Toc
Me siento tan estúpido por querer ronrronear sin tener ningún pretexto...
Tic Toc
Okey, ya se me pasó.
[Cierro los ojos, y me duermo mientras trato de consolarme de que nadie vino en mi ayuda pensando que si alguien me rascara la pancita en este instante sería completa y asquerosamente feliz, por lo tanto moriría, pues mi vida carecería de sentido ya que la felicidad perfecta es imposible, y de ser posible sólo puede ser fatal, entonces... ]

domingo, 17 de mayo de 2009

Sé que parece que no, pero sí...

aunque ya no sé cómo decírtelo, porque no entiendes mi lenguaje. Si no alcanzas a percibir lo que trato de dar [Si sólo ves ratas muertas en tu puerta], no te culpo.
Entonces me callo de todas las formas que sé, y te miro. Sólo te miro porque mis ojos son lo único que puedes ver en claro, porque ahí no hay nada que necesites descifrar.
No puedo darte otra cosa, no sé cómo... [Debo buscar, pensar, inventar algo. Tengo qué]
Sé que parece que no, pero [sabes, debes saber que] sí.

sábado, 16 de mayo de 2009

Secuencia

ADVERTENCIA:
A continuación el lector encontrará una serie de sueños que he tenido, uno seguido del otro. Quiero aclarar que, pese a que los comparto en este espacio, no me hago responsable de ellos pues, como dije en la entrada anterior, estoy seguro de que no son míos. En caso de que usted encuentre aquí fragmentos de sus sueños, sepa de una vez que no acepto reclamaciones.
PRIMERO
Soy una calceta azul marino donde una niña pone su pie. Luego me mete en el interior de un zapato de charol negro. Es oscuro y húmedo. Siento el empedrado de la calle.
- ¿Cuántas personas trabajan aquí?
- Como catorce
- ¿En cada turno?
- No, en total.
SEGUNDO
Soy el espectador de una misa. Cinco bancas delante de mí un joven robusto toma asiento. Está desnudo.
- ¡Qué nalgotas!
- Se nota que está molesto
- Al contrario, estaba bastante entusiasmado con la idea de venir
TERCERO
En una guerra, los extraterrestres nos invaden. Son gigantes humanoides, que por casualidades lingüísticas se hacen llamar "los españoles". Tienen anillos láser destructores.
Las personas se mueven como ratas por los nuevos y enormes edificios construídos. Se organizan y consiguen matar a uno. Su cuerpo se derrumba, como si fuera una estatua de metal. Su anillo, que aún funciona, parte en dos un edificio.
Las personas descubren que si visten de azul o violeta, que es el color que tiene el rayo, éste no les hace nada. Después averiguan que si no le temen no es mortal.
Un joven camina hacia la fuente, que es como un reflector, montado en el anillo gigante. Lo contempla detenidamente, y se va. Dos horas después queda completamente ciego.
La gente busca refugio. En un carro van cinco personas. Ven como se acerca un "español" y se estacionan rápido. Creen que si se quedan quietos no los verá, pero sienten como son levantados por él. Todo el vehículo cabe en la palma de la mano. Les dice que los llevará a un lugar seguro.
Son metidos a un refugio, donde hay más personas. Nadie les hace daño y están muy cómodos. Es una especie de casa de muñecas.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Secreta fantasía

Siempre he querido discutir con alguien en una cafetería, y arrojarle una taza de café hirviendo: Si es mujer, a la cara; si es hombre, en el pantalón.
Lo de menos es quién o por qué, lo fascinante es el acto.
¿Voluntarios?

lunes, 11 de mayo de 2009

Casa de bodas

Hace tiempo rondaba una gran casa, donde rentaban cuartos a señoritas. Muy lindas, siempre me dejaban comida en el patio. No tenían intención de acariciarme. Solo me veían. Sólo las veía.
Todas las que dejaban el lugar lo hacían porque iban a casarse. Curiosa coincidencia, nada extraño, pensaban.
Una vez, una de las habitantes más jóvenes, se rehusó a la boda. Su novio y su familia le insistían, pero ella se negaba. Gracias a su trabajo consiguió departamento propio. Iba a ser la primera en irse y seguir soltera.
Empacó sus cosas. Mientras las bajaba el día en que iba a irse tropezó en las escaleras, al caer se golpeó gravemente en la cabeza.
La casa no la dejó marcharse: ella no se iba a casar.

domingo, 10 de mayo de 2009

La solución

Tomó un papel: En él escribió todas las cosas que no le gustaban de su vida y de su persona. Tras pronunciar unas palabras, quemó la hoja.
A partir de ese momento todo fue perfecto... o casi. Ahora vivía en un cuento; no podía existir a menos que alguien lo leyera.

______
Por si no lo habías notado, quien protagoniza esa historia soy yo, y el cuento que me da vida es este que acabas de leer. Ahora bien, si quieres darle continuidad a mi existencia deja un comentario.

martes, 5 de mayo de 2009

Lapsus visual, sexual, onírico o literario ¿?

Me fue dada una historia, creo. No entiendo bien cómo empieza o termina, tampoco de qué trata. Pero es una de tantas historias, de ésas que vienen a mí sin que yo pueda hacer nada.
Salí a la calle de paseo, buscando ciertos aromas. Mientras caminaba por una avenida transitada miré hacia arriba. En un segundo piso había una amplia ventana de cortinas azules. Vi que se abrieron, entre ellas se asomaba la parte superior del cuerpo desnudo de una joven. Sonreía de una manera extraña.
Tres chicas que caminaban cerca de mí también se dieron cuenta. Las cortinas se cerraron repentinamente; la imagen se fue, pero esa sonrisa como ida tardó más en esfumarse. Las muchachas de a pie señalaban la ventana, incrédulas. Mientras ellas se repetían una a la otra "Yo también la vi", no pude evitar pensar en el gato de Cheshire.
Soñé con ella, vi la escena completa. Yo era el hombre en esa oficina. Estábamos desnudos. Ella se asomó, traviesa, por la ventana. Aproveché ese momento para penetrarla desde atrás. No vi su rostro, pero sentí que todo su cuerpo sonreía. Entonces la atraje hacia mí, y las cortinas se cerraron.

miércoles, 22 de abril de 2009

Lío de perros

Dicen que el Mandraque mató al Pancho, y que por eso lo mataron a él.
Explico:
El Mandraque, también conocido como Mañas, era un Bull Dog que vivía en un barrio cerca de aqui, donde yo solía vagar antes de que Alice me encontrara. Era bruto y agresivo a más no poder. Aunque bastante torpe, fue él quien acabó con muchos de mis amigos gatunos, especialmente después del episodio de la Rata.
Una familia numerosa habita gran parte de los cuartos de la vecindad donde él vivía. Un piso arriba estaba Pancho, un perrito inocente y bonachón, muy ruidoso, pero inofensivo. Ahí llegábamos los gatos a asaltar los botes de basura, sin preocuparnos por Pancho, pero con mucha cautela por el Mañas. Casi nunca lo dejaban subir, pero no se podía cruzar por el patio, porque aunque el Bull Dog dormía mucho, al descubrir cualquier cosa en sus terrenos podía dar muy buenas corretizas.
Como no he visto al puerco me aburro, entonces fui a dar una vuelta por viejos rumbos. Ahí me contaron que el Mandraque consiguió subir las escaleras, y agarró al pobre Pancho desprevenido. Le encajó sus mandibulotas en el cuello, empezó a sacudirlo de modo salvaje. La dueña de Pancho trató de defenderlo, le pegó al Mañas con una pala en la cabeza. Hasta le rajó media cara en medio de los ojos, pero no consiguió que lo soltara. Cuando lo dejó ya estaba medio muerto.
No era la primera vez que el Mandraque hacía algo así. Ya había matado a otros perros (es memorable el caso de unos chihuahueños que andaban perdidos), y a muchos gatos, no sólo callejeros, sino de los vecinos. Una vez, incluso, intentó atacar a un niño pequeño. Por eso sus dueños decidieron sacrificarlo, lo llevaron al veterinario y le pusieron una inyección.
Miserable perro, murió dormidito y sin dolor. Pero de todos modos los gatos del barrio van a hacer fiesta.

martes, 21 de abril de 2009

Tocar

El tacto sirve para expresar emociones. Las relaciones que se establecen a partir de él pueden ir de lo muy simple a lo muy complejo, y bien llevadas son enriquecedoras. Se pueden dar, recibir, compartir experiencias; pero también es útil para quitar, para herir. Por eso los gatos somos cautelosos al permitir que alguien nos toque, pues aunque nuestra piel está cubierta de pelo, ejercitamos nuestra sensibilidad hasta hacerla sumamente aguda.
Todo esto es algo que los humanos no entienden. Tal vez sea cultural su torpeza de percepción, quizá en otras partes del mundo sí se detienen a sentir como se debe. Pero usualmente le dan un exceso de importancia absurdo a lo que ven, primero; a lo que oyen, después. Es un acto de imbecilidad de su parte, porque no son los sentidos que tienen más desarrollados: El que deberían aprovechar más es el tacto, y resulta que es al que menos atención le ponen, el que menos disfrutan.
Sobrevaloran lo visual, pero su vista es sumamente imperfecta. Se exponen hasta el delirio a lo auditivo, a la música en particular, pero su capacidad para oír frecuencias es pobre. Se les escapa todo lo que no está en ese limitado rango, cosas que no pueden ni imaginar. Así pues, no son capaces de oír el corazón palpitante de los demás, no pueden ver más que un color en el cielo, y no disfrutan tanto como deberían esa maravillosa piel que tienen: una piel hecha para sentir como ningún otro animal puede hacerlo.
Confieso que a veces me gustaría ser humano, para disfrutar de esa piel sin pelo que estorbe. Incluso aceptaría cubrirme con ropa. No imagino lo bien que se debe sentir tener esa piel y encontarse con otra igual... Pensar que se avergüenzan de su desnudez, no sé si merezca más ser calificado de ridículo que de patético.

domingo, 19 de abril de 2009

Y Dios creó el blog...

Y vio que era bueno. Y creó entonces al
escriblogro: un engendro emplumado, a medio camino entre
carne de psicoanálisis, monólogo interior y editorialista.
Jorge Harmodio

jueves, 16 de abril de 2009

Necesito cuentos

No es sólo que me gusten los cuentos, es más que eso.
Yo requiero cuentos para poder existir.
Soy alguien que necesita de los cuentos, son como el agua que reclaman mis huesos para calmar su sed.
Los cuentos cruzan mi ser; lo describen, inventan y reescriben.

martes, 14 de abril de 2009

Mientras naufraga, me asomo

Estaba sobre el asiento verde, sin prestar atención al transcurso de las estaciones de metro. Tenía la cabeza baja. Las cejas ligeramente alzadas enmarcaban una mirada perdida. En el fondo oscuro del lago de sus ojos se reflejaban un par de lunas claras, aunque tristes.
De pronto sus labios carnosos se entreabrían. Sin darse cuenta dejaba escapar sus pensamientos entre los dientes, de manera inaudible. Tan dentro de sí estaba, tan lejos de su más cercano entorno, que se podían leer las palabras mudas en sus labios sin que lo notara. Mirar su rostro fijamente no le molestaba, ni siquiera lo advertía.
"Cómo te lo digo..."
"Ya pasó"
"No, no fue así"
De pronto se detenían sus labios, pero sus ojos cambiaban la mirada de dirección, varias veces. Como si le estuviera siguiendo la pista a sus propias ideas, como si mirara el mapa de sus pensamientos. En la búsqueda de una respuesta teje una maraña de dudas.
Por eso me gustan quienes hablan solos. Sin quererlo permiten asomarse a su fondo, donde con frecuencia se ahogan.

lunes, 13 de abril de 2009

Segundo round

El puerco sabe, y yo sé que él sabe, pero nos hacemos mensos los dos. No tengo claro si me guarda rencor por lo del café, o es precisamente porque ya no le doy que me detesta. El caso es que la guerra ha comenzado.
Jugábamos inocentemente en el garage, y traté de hacer que el puerco se tirara encima una pesada caja de herramientas sin que se diera cuenta. Pero me salió el tiro por la culata. Aunque el miserable fingía no darse cuenta de nada, terminó haciendo que la caja cayera sobre mí.
Debido a mis reflejos gatunos pude eludir la peor parte, pero de todos modos una llave cayó sobre una de mis patitas. Miré al cerdo con odio, empecé a llorar con toda la desgarradora ternura de que soy capaz. Me duele reconocer esto, es patético haber hecho algo así, fingir el llanto siempre es deleznable, es bajo hasta para mí... pero era necesario.
Alice vino corriendo, me vio tirado como mártir, con las herramientas encima, y el puerco culpable al lado. Nos miró con gesto extraño, creo que intuye que hay algo raro en todo esto. Finalmente su consabida solidaridad para con los animales la movió a llevarme al veterinario.
Ellos no me agradan, siempre te dejan doliendo algo, y como yo no me dejo manipular por esos carniceros, me drogan para que no pueda defenderme. Cuando abrí los ojos tenía la pata vendada, tan apretada que me molestaba. Alice me regañó cuando traté de quitármela, y aunque lo he intentado insistentemente no he podido terminar de safar mi pata. La anestesia me puso el olfato muy sensible, perdí el apetito (cualquiera que me conozca sabe que eso es preocupante) y hasta náuseas me dieron.
Pero me las va a pagar ese malvado puerco, no saldrá ileso la próxima vez...

domingo, 12 de abril de 2009

Recuerdo robado... otra vez

Ahora eres nuevamente ese astro que gravita lejos. Pero ya no te admiro con ojos embobados, tengo mi propia órbita. Ya no sueño ese universo danzando en tus ojos de sol quemado, de hormigas de fuego. Ahora yo mismo soy una estrella a punto de explotar. Me llegan tus destellos y rayos infrarrojos, pero no cedo al magnetismo. No hay tal.
A veces te adivino en otros ojos, pero no eres tú. En ocasiones ciertos lejanos fantasmas tuyos se me aparecen en visiones diurnas, aunque me asusto un instante, se esfuman. No es nada.
Las burbujas siguen ahí, pero ya no se me antoja el alma-soda de los que comen algodón de azúcar, con la ilusión de que sabe a sangre. Sin embargo me queda cierto gusto dulce-amargo, cierta curiosidad. Ya no veo los cables de cobre en tu rostro, pero sé que en algún momento fueron convertidos en acero.
Ahora como panes hechos con grano molido de café, envueltos en periódicos de antaño. A veces, como las galletitas de la suerte, tienen papelitos adentro, que guardan verdades con las que ni alucinas, aunque tampoco yo las entiendo del todo. Hace falta un poco de tinta en mis dedos, ya vendrá.
Bebo té verde, escucho un blues que me recuerda no sé qué misterio perdido, mientras un grito es arrancado del fondo de mi pecho. Los latidos de mi corazón rojo siguen tejiendo cuentos, y sé que algún día los contaré. Mientras tanto, me sumerjo en helado de chocolate, no importa si se me entumen los dedos de los pies. Del otro lado me espera un ser de arena, busco su orilla porque ahí puedo ahogarme feliz.

miércoles, 8 de abril de 2009

Primer intento: Sobredosis

La primera hipótesis plausible que se me ocurrió para acabar con el puerco sin parecer culpable fue drogarlo y hacer que muriera de sobredosis o que se suicidara involuntariamente. Eso ya ha pasado, digo, ahí está la experiencia de mi amiga la rata. Además tenía el plus de que podría esquivar la culpa en caso de que se presentara: En todo caso el puerco habría muerto feliz.
Debo decir que me fue difícil decidir con qué lo drogaría, hay cosas que no le desearía a nadie, ni siquiera a ese puerco miserable. De modo que no recurrí a las drogas duras, quise ser más creativo. Lo que no quiere decir que fuera sencillo.
Atasqué la cafetera con una carga casi imposible, cerca de medio kilo de grano de café puro molido en una máquina para doce tazas. No sé si podría llamarle líquido a lo que obtuve de ahí, parecía más espeso que el aceite. Era casi como caramelo. Con la ayuda de un biberón atiborré al cerdito con eso. Fue tal su gesto de repulsión que temí que vomitara, pero no. Se aguantó y al rato tenía un torbellino rosado corriendo en todas direcciones como loco, dando gritos espantosos.
Primero pensé que la congestión arterial lo mataría de un infarto o algo así. Luego creí que moriría antes por la cantidad de golpes que se autoinflingía al chocar terriblemente con paredes y árboles. Alice no sabía qué hacer; su madre estaba segura de que un demonio había poseído al tierno animalito.
Después de tres horas de gritos, carreras y golpes, el cerdito se detuvo en seco, emitió un chillido tan horrible que hizo que los vecinos salieran de sus casas a ver de qué se trataba, y se tiró patas arriba. Estaba todo golpeado, sangraba de algunas partes. Pensé que podría darme por satisfecho, pero Alice lo llevó al veterinario, y lo salvaron. El cerdito no se acuerda de todo, pero parece que lo pasó muy bien. Constantemente me busca para que le de más de ese potente brebaje. No pienso volver a darle, a ver qué otra cosa se me ocurre. Espero que si no logro matarlo, al menos sirva para que me divierta tanto como esta vez.
_______
Si usted tiene alguna idea para acabar con el cerdito, no dude en sugerirla en este espacio. Todas sus aportaciones serán por demás agradecidas.

viernes, 3 de abril de 2009

Nuevo juego

El puerco y yo tenemos muy buena relación. Al menos eso es lo que parece. Lo veo cada tres o cuatro días, cuando Alice va a visitarlo a casa de su madre, y me lleva. Lo correteo por toda la casa, o me persigue él a mí. Hemos de ser tiernos hasta lo repulsivo. Pero nadie conoce mi secreto propósito...
Después de que perdí a mi estimada amiga rata y a mi novia en accidentes, no tengo nada interesante para distraerme. A parte de observar a Alice, por supuesto. Por eso me he propuesto deshacerme del puerco. Suena muy cruel, sí, pero el saco de carnitas no es entretenido si no se lo mira desde el lado perverso. Es demasiado torpe y tierno para mí. No entiende de nada, sólo busca jugar, comer y dormir.
He pensado en corretearlo hasta hacer que se pierda, y golpearlo si intenta volver. Pero el cerdito es muy huidizo, me cuesta mucho alcanzarlo. No quiero fallar al intentarlo un día, eso hará que me pierda la confianza.
La otra es hacer que se caiga cuando juguemos en la azotea, o ponerle una trampa con los perros. En fin, me entretendré pensando en eso los próximos días. Tal vez ni siquiera me atreva a hacerle nada, aunque hay veces que me gustaría acabarlo a zarpazos. Podría ser incluso que termine como plato fuerte en alguna cena antes de que yo intente siquiera cualquier cosa.

martes, 31 de marzo de 2009

A veces hasta los gatos le tienen miedo a la muerte

A pesar de las siete vidas, con todo y las posibilidades infinitas. La muerte siempre puede suceder.
Por eso cierro los ojos, para no verla. Me duermo y sueño que sigo con vida.
Mientras ese sueño continúe estaré aquí.

lunes, 30 de marzo de 2009

Breves anotaciones con sueño

¿Qué es en lo primero que piensa un gato al despertar? Depende de la clase de sueño que haya sido, y de la clase de gato, por supuesto. Es del tipo de preguntas que le hago a mis novias (cuando las quiero), y a los que son cuates de veras. Yo creo que con interrogantes así es más fácil conocer a alguien.
Usualmente me levanto con sed, frío o hambre. No estoy molesto precisamente, pero sí aturdido. Cuando despierto bruscamente, al abrir los ojos casi puedo ver las imágenes que tenía en el sueño, como fantasmas esfumándose.
A menudo sueño que vuelo, o que me persiguen. O las dos cosas juntas. También sueño que soy grande y persigo perros, que los deshago de un zarpazo. Casi no sueño con gatitas, pero a veces sí. Luego despierto con la certeza de que he sido persona, que he caminado en dos patas, me he sentado y hablado como los humanos. Estoy seguro de que he interactuado con ellos sin que se dieran cuenta de que soy un gato. Me sucede muy amenudo, pero no deja de ser extraño.
Quizá de alguna extraña forma sea verdad, tal vez despierto soy gato, y dormido persona.
Por lo pronto creo que ya desperté casi por completo. Iré a desayunar en mi nuevo plato para leche.

sábado, 28 de marzo de 2009

¡Koalas radiactivos!

Seguramente me hicieron mal las pinches carnitas. Eso o me mal viajé con una película que vi sobre Hiroshima. El caso es que tuve un sueño extraño, y estoy seguro que, de alguna manera, es culpa del cerdito.
Soñé que en una base militar ultra secreta experimentaban con una mujer. Estaba encerrada en un cuarto, expuesta a radiactividad controlada. Un hombre se había enamorado de ella, y la sacó de la habitación blanca y cuadrada. Se contagió de radiactividad, mutaron en alguna cosa extraña: sus cuerpos se dilataron, se pusieron blancos, y salieron volando de la base, sin que las balas les hicieran daño al atravesar sus cuerpos.
Después la mujer, que había estado expuesta más tiempo a los contaminantes radiactivos, murió. El hombre entristeció muchísimo, deseó con todas sus fuerzas dejar de ser él, olvidar el dolor, etcétera etcétera. Entonces mutó nuevamente, se convirtió en un koala, y se fue a vivir a un zoológico. Ahora es muy feliz trepado en un eucalipto, rascándose su suave pelaje, y mirando a los niños con ojitos tiernos.
Entonces desperté; ese sueño era demasiado, hasta para mí. Pero me las va a pagar el miserable puerco, a mí no me conmueve su rosado color.

jueves, 26 de marzo de 2009

Alice y el puerco

El nombre de la joven con la que vivo desde mi naufragio etílico-frutal es Alicia, pero me gusta llamarla Alice. Es un poco como la niña del cuento de Lewis Carrol, por eso me encanta. Tiende a lo infantil, juega con plastilina, y tiene una maravillosa capacidad de asombro. Su figura es alta y delgada, sus rasgos finos, la piel de su espalda está ligeramente salpicada de pecas. Sin que ella se de cuenta, trato de contarlas en los breves momentos que las veo, después imagino formas, constelaciones.
Alice no vive con su madre, aunque la tiene cerca. Cuando sale de viaje me deja con ella. Eso no está mal, pero anoche sentí miedo. Alice habló con su madre por teléfono, le avisaba que aunque llegaría muy tarde de todas formas me iría a buscar. Marcó desde una caseta telefónica y se dio cuenta de que alguien la estaba escuchando. Le pidió al hombre que se alejara, cruzaron un par de palabras en tono agresivo, la llamada se cortó.
Pasada la media noche Alice llegó a la casa de su madre. Mientras la señora dormía, yo le seguía los pasos. La joven trataba de entrar, pero debía tener cuidado: Afuera había lobos. Las sombras cuadrúpedas se movían a su alrededor, en el silencio de la calle se escuchaban veloces sus uñas contra el pavimento.
Tenía que abrir una puerta de la casa, cuidando que no la alcanzaran los lobos, y que no pudieran entrar. Su madre le echa llave a por lo menos cinco de los seis cerrojos que tiene cada puerta. Mientras abría uno, sentía acercarse los lobos. Se daba la vuelta e intentaba en otra puerta, con otra cerradura. Estuvo intentando un rato hasta que logró abrir la puerta de atrás. Los ojos de los lobos brillaron con furia atrás de la malla que hay antes de entrar; cuando la cruzaron Alice estaba adentro. Aunque ella estaba a salvo, no fue la única que entró a la casa. Huyendo de los lobos la había seguido un cerdito. Su madre despertó al sentir que alguien había entrado a la casa, y Alice, cerdito en brazos, le explicó todo.
Quizá el lechoncito es demasiado pequeño como para que lo odie, pero no me simpatiza. Tierno y rosado en demasía, Alice (mi Alice) disfruta acariciar su pancita rosada, sentir los vellos rubios que el animal tiene en el vientre, y jugar con sus orejas. El cerdito no se mete conmigo, y más le vale que no me moleste, porque no dudaré en sacarle sangre a su piel porcina. A ver qué deciden con él, ojalá Alice se lo deje a su madre.
Por lo pronto voy a buscar unas carnitas, después del susto de anoche creo que lo merezco.

sábado, 21 de marzo de 2009

Sesión de preguntas y respuestas

¿Por qué los gatos caen siempre de pie?
Simple: Nosotros nunca perdemos el piso.

¿Por qué no les gusta mojarse?
Bueno, hay a quienes sí les gusta. Si los gatos son bien educados, y se les acostumbra a bañarse desde pequeños, llegan a disfrutarlo. Pero usualmente eso no sucede, y la aversión al agua tiene una explicación:
Los gatos, a diferencia de los humanos, no nos damos asco a nosotros mismos. Nos limpiamos a nuestra manera y eso es más que suficiente. En cambio, hay personas que apestan, no importa si se bañan tres veces al día y se echan encima el frasco de perfume. Están podridos por dentro. Eso sí es estar sucio.

¿Por qué los gatos son tan egoístas?
Porque somos perfectos. Algunos humanos se molestan con nuestra actitud porque no tienen amor propio y envidian el nuestro.

¿Por qué les gusta tanto comer y dormir?
Bueno, no es eso lo único que nos gusta. En general somos hedonistas, y disfrutamos los placeres de la vida justo como los humanos quisieran hacerlo y no pueden.
Ja, ja, y pensar que se creen nuestros dueños...
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Si tiene usted una duda o comentario para el gato, no dude en escribir. El felino responderá cuando pueda y tenga ganas, pero responderá...

miércoles, 18 de marzo de 2009

Instrucciones para acariciar a un gato

1.- Agarre suave y cariñosamente al gatito cuando esté relajado o busque compañía. Conviene aclarar que si lo rehuye, o no logra calmarlo, es mejor dejarlo libre. De lo contrario puede ganarse un buen rasguño.
2.- Colóquelo boca abajo sobre sus piernas, o en una superficie que no esté fría. La idea es que el gato esté cómodo.
3.- Acaricie suavemente su cabeza, y si observa que no opone resistencia, empiece a rozar delicadamente su nariz y mejillas. Hay que tener cuidado de no hacerlo con fuerza ni premura, o el gato se sentirá agredido. Si trata de irse, procure calmarlo, aunque si sus esfuezos son infructuosos mejor dejélo libre. Puede enojarse, e intentar morder o rasguñar.
4.- Continúe con el paso 3 hasta asegurarse de que el gato lo esté disfrutando. Esto se sabe por dos razones: Empieza a ronrronear muy bajito, y/o entrecierra los ojos con gesto de satisfacción.
5.- Una vez conseguido el paso 4, comience a deslizar la mano por la espalda del animal. Procure sentir la elasticidad de la columna vertebral, sin ejercer demasiada presión. Si escucha un "miau" de protesta, disminuya el ritmo y la fuerza de las caricias. Si ésto sucede comience de nuevo, más lentamente. La idea es encontrar, mediante la variación de velocidad y fuerza, el tipo de caricia que más agrade al gato en cuestión. Probablemente será una combinación de dos o más tipos, aunque nunca llegan a ser más de cuatro. Se sabe cuando ha encontrado la caricia adecuada porque el ronrroneo del gatito se incrementa hasta un punto a partir del cual es sostenido.
6.- Una vez que consiguió que el gatito ronrronee de forma continua, disminuya lentamente el ritmo de la caricia en su espalda. Esto es para que no se aburra el minino, ni empiece a sentirse molesto.
7.- Muy cuidadosamente de la vuelta al gato, de modo que quede con la barriga hacia arriba. Nuevamente empiece a acariciarlo con suavidad. En esta etapa hay que extremar precauciones, pues la pancita de los felinos es especialmente sensible, de modo que cualquier brusquedad puede ser motivo de protesta.
8.- Utilice la otra mano para entretener al gato. Usualmente cuando se los pone boca arriba se muestran juguetones, buscan rasguñar y morder cariñosamente. Hay que ser cuidadosos porque este de juego se puede tornar repentinamente en una forma agresiva de protesta.
9.- Disminuya poco a poco el ritmo. La etapa de caricias en la panza debe durar menos que la correspondiente a la espalda, debido a que la sensibilidad de los gatitos conlleva a su fácil irritación.
10.- Finalmente vuelva a colocar al gato boca abajo, acaricie brevemente la espalda, y retírese sin mayor miramiento. La idea es no atosigar al gato, sino dejarlo con una grata impresión para que la próxima vez se muestre dispuesto, o incluso sea él quien lo busque a usted para una sesión de caricias.

sábado, 14 de marzo de 2009

Busco canciones

Cuando era pequeño, no más que un cachorrito recién nacido, viví en una casa grande y lujosa. Antes de eso, alguna tragedia gatuna le debió ocurrir a mi madre, porque no la conocí. No sé si tengo hermanos, yo crecí como hijo único. En esa casa, que recuerdo inmensa, era tratado como un príncipe. Seguramente hubiera sido feliz de no haber sido por el detalle que ya comenté alguna vez: Creían que era gatita.
Lo que recuerdo con nostalgia es la música que escuchaba durante horas, todos los días, sin aburrirme nunca: Jazz, blues, sonidos de trompetas y pianos; a veces festivos, otras lánguidos... Vi muchas veces esos discos, pero no recuerdo cómo se llaman. Entonces no sabía leer, ni soñaba con tener un blog.
Últimamente escucho esas notas en sueños. Inundan mi espíritu, y despierto con una ansiedad terrible. Necesito oírlas de nuevo, pero no sé exactamente cuáles son. He estado buscándolas, por supuesto. Algunas canciones me calman, pero no estoy satisfecho. Debo encontrar aquéllas canciones, no puedo seguir pensando en ellas tanto tiempo.
Se aceptan sugerencias, por supuesto. Incluso propongo una recompensa:
¿Qué tal unos deliciosos marcianitos en lata a quien me ayude a encontrar las canciones indicadas?
Es una oferta irresistible, lo sé...

miércoles, 11 de marzo de 2009

Naufragio

No lo vuelvo a hacer. En serio. Aunque no era fanático de los licores de frutas, ahora pensar en duraznos me produce dolor... y náuseas. No puedo saber qué sucedió, pero si lo que viví fue un mal sueño inducido por mi estado de ebriedad, prefiero esa versión. Creo que no soportaría otra, aunque fuera real.
Una noche entré a una bodega muy sola. Bebí de varias botellas de licor de durazno, luego de que les caí encima a propósito. Bebí y bebí, hasta que ya no supe quién era.
Cuando desperté estaba solo, abandonado en una barca en medio del mar. No sé cuánto tiempo estuve ahí antes de despertar por primera vez, después me desvanecí por lapsos que me parececieron infinitos. Sentí sed, y al probar el agua encontré que no era salada. Estaba en un mar formado con la pulpa de millones de duraznos maduros.
Al amanecer el sol era casi blanco, el mar estaba en calma. Conforme el día avanzaba las aguas se hicieron turbulentas, el sol adquirió matices rojos, y las nubes se reunieron casi sospechosamente.
Para el atarceder el mar estaba furioso, el calor había fermentado la pulpa, de modo que su perfumado aroma alcohólico terminó por embriagarme. Caí de la barca, traté de mantenerme a flote, pero la consistencia de la marea era demasiado densa y pegajosa como para luchar mucho tiempo. Me lastimé al llegar al fondo, que estaba formado por miles de semillas de durazno, terriblemete duras y filosas.
Dejé que la corriente me llevara, no supe nada más. Seguramente me arrastró e hirió entre las semillas del fondo, hasta dejarme tirado, casi muerto en la orilla del mar. Cuando desperté tenía mucha hambre y sed, mi piel estaba cubierta de heridas, tenía una pata lastimada, un ojo cerrado, una uña infectada. Pero estaba en el departamento de una linda joven que cuidaba de mí. Por eso es que no había podido escribirles.

lunes, 2 de marzo de 2009

Niños: Pros/Contras

Tengo problemas para relacionarme con los niños. Por una parte me agradan, por otra me aterran. No creo que sea como una relación amor/odio, o sadomasoquista, pero de todas formas es un asunto complicado.
Analicemos, primero, los pros:
1.- Son divertidísimos, sus juegos son muy interesantes. Como los dioses en miniatura que son, crean mundos y realidades alternas. Pasan todo su tiempo en ese espacio ficticio, que no necesariamente es feliz, puede ser terrible. De todas formas, es de lo más entretenido observarlos, tratando de adivinar lo que imaginan.
2.- Suelen tener comida y compartirla con el lindo gatito que se les acerca (o sea yo). Cuando son muy pequeños, a menudo tienen la boca embarrada con restos de comida. Entonces, cuando se duermen, uno puede aprovechar esos restos, y de paso limpiarlos. No, no es asqueroso. Al contrario, la piel de esos niños es taaan suave, que merece ser lamida. Sobre todo si acaban de comer galletitas con leche. Yummy.
3.- No les molesta si uno se sube a los muebles, incluso permiten que uno duerma en su cama.
4.- A menudo sus papás les leen cuentos, y uno puede sentarse discretamente a escuchar literatura fantástica.
5.- No ven cosas aburridas en la T.V
Ahora, van los contras:
1.- Lo peor que le puede pasar a un gato, además de que lo alcance un perro, es caer en manos de un niño. No saben cargar, son bruscos, apretan, gritan, babean, desacomodan el pelaje, jalonean, y encima de todo quieren que uno ronrronee de gusto.
2.- Pueden ser muy insistentes, a veces molestan tanto que no se puede dormir a gusto en ninguna parte de la casa.
3.- Tienen cierta inclinación a ponerle cosas ridículas a sus mascotas. Pueden amarrarte un gorrito en la cabeza, o intentar ponerte botas, playeras, moños, etcétera. ¡Es tan pero tan vergonzoso!
4.- Nunca hacen caso cuando uno los llama
5.- Les gustan los perros
Así las cosas, no sé si mudarme con la familia de un caricaturista cuyo domicilio acabo de descubrir. Tiene un hijo pequeño, de 6 años.

viernes, 27 de febrero de 2009

Dieta perfecta

Es curioso que esto pasara cuando vivía con un periodista. Me gustaba estar cerca de él porque de pronto empezaba a leer en voz muy baja, de modo que si ponía atención podía escucharlo. Entonces me daba una caricia no empalagosa, sino sincera.
Su hija tenía unos 16 ó 17 años, era una chica frívola exageradamente preocupada por su figura. Empezó por hacer mucho ejercicio, pasó de ser casi carnívora a vegetariana, y después se volvió fruguívora. Finalmente optó por ser ovnívora; la dieta de marcianos en lata le sentó muy bien. El humor le cambió, se puso linda y hasta resultó ser sumamente inteligente.
La consistencia de los marcianos en lata se parece a la de los chongos zamoranos, pero son menos dulces, no empalagan. El color verde brillante, característico de su piel, se torna marrón cuando están en conserva. Aunque su aspecto no es agradable, tienen un alto valor nutricional, y son muy sabrosos. Sobre todo si después se fríen un poco, quedan exquisitamente crujientes.
Ignoro dónde los obtenía, pero ahora los extraño. Daría cualquier cosa por volver a comer de esos deliciosos marcianitos.