lunes, 28 de diciembre de 2009

Los fines de año no me gustan

Nunca he entendido porqué, pero la gente suele en estas fechas iluminar todo. Ponen unos árboles que luego se incendian por la cantidad de luces artificiales de origen chino que les cuelgan; mismas que penden también de ventanas, techos, y hasta del alumbrado público.
Los primeros días puede que me agrade; debilidad natural e innata de origen gatuno por las cosas brillantes. Pero ya me quemé y electrocuté una vez por andar jugando con esas luces, que me dejan de gustar pronto por una sencilla razón:
Le restan oscuridad a la noche, que de por sí ya se ve disminuida por la cantidad de faros encendidos en las ciudades. Tristemente ya no se pueden ver claramente las estrellas, y la soledad, ese espacio tan preciado, disminuye.
Una gran tragedia para los gatos como yo, que pocas cosas disfrutan (o detestan) más que estar consigo mismos.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Había olvidado decirte...

que la noche no existe para mí. Los gatos podemos ver en la oscuridad, por más cerrada y asfixiante que parezca. [Porque siempre se cuela un débil haz de luz que en la ranura de nuestros ojos se refleja y amplifica]
Tal vez no debería decírtelo, pero por una facultad similar también puedo dentro de ti. Los miedos que tienes; tus deseos y sueños.
A veces, en mi azotea, he querido ser ciego. Porque cuando alzo la vista la luz de las estrellas se incrusta en mis ojos de una manera casi dolorosa. Porque no soporto mirar fijamente a los ojos de las personas; cuando no me provocan una pena insoportable, me asustan. Son demasiadas las cosas que puedo ver en su interior.
La verdad es que le tengo pánico a los espejos por eso; porque me aterra la posibilidad de verme. Podría quedar eternamente enamorado de mí, o terminar detestándome. Sé que no podría continuar indiferente a mí mismo, a lo que soy, a lo que siento/pienso/deseo/temo.

[Es por eso, sobre todo, que no puedo mirarte fijamente. Además de ver en el fondo de tus ojos lo que eres, en su superficie me reflejo yo. La visión simultánea de ambos universos me es insufrible. Es, por mucho, superior a mí]

martes, 8 de diciembre de 2009

Otros gatos

Cuando un gato no encuentra a otro con quién retozar no piensa en suicidarse; sólo duerme. Los gatos son (casi) los únicos seres con los cuales un minino como yo puede interactuar, los únicos que están a la altura porque tienen el ego bien puesto. Con ellos sólo hay una de dos: O los amas, o los odias.
Los escasos amigos que tuve (que tal vez aún tengo), aquéllos pocos a quienes amé de una manera animal y sincera (esa forma que los humanos intuyen y anhelan, pero ignoran), son gatos. Uno o dos privilegiados (todavía no llegan a tres) que fueron mis enemigos, eran felinos también.
Pequeños, breves seres prodigiosos, aún cuando pude detestarlos, eran (son) dignos de mi reconocimiento. ¿Por qué? Por ser gatos, simplemente.

[Sólo un gato es capaz de entrar en la difícil esfera de otro. Así como yo he entrado en la tuya]

viernes, 4 de diciembre de 2009

De la visón y el humor

Mucho se ha especulado sobre la forma de ver de los animales domésticos, especialmente perros y gatos. No he tenido la oportunidad de hablar con muchos caninos, debido principalmente a que cuando me encuentro con uno casi siempre trata de asesinarme. En cuanto a los gatos, sé que la mayoría percibe en blanco y negro, aunque algunos especialmente sensibles pueden ver el azul. Sólo los muy inteligentes han aprendido a ver en otras tonalidades.
Por mi parte sucede que cuando estoy de buen humor empiezo a percibir diferente. La luz deja de ser pálida y desabrida; adquiere los matices dorados propios del sol, o plateados azulosos si proviene de la luna. El mundo realmente es diferente para mí cuando estoy contento.
Esto me sucede hoy, lo cual es muy oportuno. Puedo ver las últimas hojas del otoño caer. Además de que disfruto mucho jugar entre ellas, aplastarlas, oírlas crujir, son hermosas. Me embelesa el contraste de sus colores amarillos, ocres, rojizos sobre el pasto intensamente verde.
Tengo pensado ir a ver el atardecer a mi azotea favorita. Es una cita prometedora para mí; el sentido del humor que traigo es muy favorable para admirarla en todo su esplendor.

[Para que fuera perfecta sólo faltas tú]

jueves, 3 de diciembre de 2009

Cuando un gato se siente contento...

Brinca a tu regazo en busca de tus caricias, sólo para tener un buen pretexto para ronrronear.

[No quisiera decirlo pero, gracias por ser ese pretexto]