lunes, 21 de mayo de 2012

Abrázame


Siémbrame en tu pecho, madre. Cúbreme con tu piel de tierra en la que germinó el deseo de mi ser cuando yo aún no era. Madre, cobíjame con tu abrazo de raíces. No me abandones. Mi razón y mis sueños no pueden florecer sin la bendición de tu vientre cálido y fértil que me da sus frutos para que pueda comer. Todo lo que soy a ti te lo debo.

martes, 15 de mayo de 2012

Soñé contigo otra vez

¿Qué es esto que me metieron al cuerpo, esta luz, este como fuego líquido que me desborda? ¡Por qué floto? Estoy... estoy acercándome al cielo.
El aire se hace un poco más frío por la altura pero no me cuesta respirar. Hasta se siente más ligero, más limpio. Me alejo y me alejo, como un globo inflado de gas. Así me siento. Superada la impresión, pienso: ¿voy a desinflarme? Tal vez me mate al bajar.
Ese temor no dura mucho, porque sigo subiendo a velocidad continua. De pronto veo toda la metrópoli desparramándose sobre el valle, en el lugar donde antes hubo un lago. Me sigo alejando e identifico los volcanes. Justo cuando empiezo a ver la forma de zapatilla del país comprendo que estoy saliendo del mundo  y el paisaje me tiene tan embobado que ni siquiera tengo miedo de morir.

Ella en la ventana

Mi pequeña bailarina crece. Su falda es cada vez menos verde y más morada: puntitos violáceos sobre tonos un poco más oscuros. Como si fuera una piel bronceándose en la playa.
Regina, mi  Regina, es una niñita un poco tímida. Sé que crecerá alta, aunque todavía no puedo saber si su belleza la tornará un tanto soberbia.