Mi pequeña bailarina crece. Su falda es cada vez menos verde y más morada: puntitos violáceos sobre tonos un poco más oscuros. Como si fuera una piel bronceándose en la playa.
Regina, mi Regina, es una niñita un poco tímida. Sé que crecerá alta, aunque todavía no puedo saber si su belleza la tornará un tanto soberbia.
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miaus