Me vi reflejado en los ojos verdes de ese pequeño prodigio, y aún no sé bien qué decir al respecto. No encuentro adjetivos suficientes para expresarlo, tal vez porque no creo que exista alguno capaz de describirlo.
No se trata solamente del terrible encanto de un gato; es el terrible encanto de un gato descrito por uno que ha soñado con tener una mano humana con la cual acariciarse a sí mismo. La experiencia es... indescriptible.
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miaus