A lo que sí le teme todo gato es al dolor, pero eso le sucede a cualquier animal (siempre que no tenga problemas psicológicos, que también los hay). De ahí en fuera somos libres; libres de todo temor, de toda reflexión moralista, de cualquier atadura racional. Ese es el origen de nuestra soberbia: estamos más allá de la filosofía y la incertidumbre, ergo los humanos son seres inferiores, dignos solamente de compasión.
Resulta muy cómico, pues, ver cómo pretenden hacernos objetos de su pertenencia, ser nuestros "dueños". No han entendido que nadie puede dominar a quien es dueño de sí mismo.
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miaus