miércoles, 8 de abril de 2009

Primer intento: Sobredosis

La primera hipótesis plausible que se me ocurrió para acabar con el puerco sin parecer culpable fue drogarlo y hacer que muriera de sobredosis o que se suicidara involuntariamente. Eso ya ha pasado, digo, ahí está la experiencia de mi amiga la rata. Además tenía el plus de que podría esquivar la culpa en caso de que se presentara: En todo caso el puerco habría muerto feliz.
Debo decir que me fue difícil decidir con qué lo drogaría, hay cosas que no le desearía a nadie, ni siquiera a ese puerco miserable. De modo que no recurrí a las drogas duras, quise ser más creativo. Lo que no quiere decir que fuera sencillo.
Atasqué la cafetera con una carga casi imposible, cerca de medio kilo de grano de café puro molido en una máquina para doce tazas. No sé si podría llamarle líquido a lo que obtuve de ahí, parecía más espeso que el aceite. Era casi como caramelo. Con la ayuda de un biberón atiborré al cerdito con eso. Fue tal su gesto de repulsión que temí que vomitara, pero no. Se aguantó y al rato tenía un torbellino rosado corriendo en todas direcciones como loco, dando gritos espantosos.
Primero pensé que la congestión arterial lo mataría de un infarto o algo así. Luego creí que moriría antes por la cantidad de golpes que se autoinflingía al chocar terriblemente con paredes y árboles. Alice no sabía qué hacer; su madre estaba segura de que un demonio había poseído al tierno animalito.
Después de tres horas de gritos, carreras y golpes, el cerdito se detuvo en seco, emitió un chillido tan horrible que hizo que los vecinos salieran de sus casas a ver de qué se trataba, y se tiró patas arriba. Estaba todo golpeado, sangraba de algunas partes. Pensé que podría darme por satisfecho, pero Alice lo llevó al veterinario, y lo salvaron. El cerdito no se acuerda de todo, pero parece que lo pasó muy bien. Constantemente me busca para que le de más de ese potente brebaje. No pienso volver a darle, a ver qué otra cosa se me ocurre. Espero que si no logro matarlo, al menos sirva para que me divierta tanto como esta vez.
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Si usted tiene alguna idea para acabar con el cerdito, no dude en sugerirla en este espacio. Todas sus aportaciones serán por demás agradecidas.

1 comentario:

  1. El gato por el que me preguntas, se llama Horacio (Alias "La Rata"). Y no es el único, tengo 3 gatos. Horacio, Jepri y "La Bicha".

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miaus