Ella está embarazada, él la desprecia. El fruto de su rencor crece en su vientre. Va a parir, siente una terrible presión ahí. Tiene ganas de gritar y no puede. Está sola con la cosa que viene, que lucha por salir. Él no lo ha notado siquiera.
Alguien viene a ayudarla. La tira boca arriba en el piso, sobre la sábana sucia en la que duerme.
Ella lo siente venir, duele tanto que no tiene fuerzas para pujar, por más que quiere expulsarlo ya de su cuerpo. El dolor se vuelve aún más intenso porque ahora siente con toda claridad unas pezuñas atravesadas en su vagina.
El extraño introduce su mano, sujeta las pezuñas y jala con fuerza. La mujer siente que se desagarra.
La cosa que ha parido es un potro.
El pequeño caballo blanco se para sobre las cuatro patas que casi matan a su madre, cubierto de membranas. Alza la mirada, dice algo con una voz muy masculina. Su progenitora está tan impresionada que no le entiende. Como se desmaya, no alcanza a ver que el potro es muy inteligente y que antes de morir debido a su veloz crecimiento, mata a su padre a punta de patadas en la cara, como venganza por haberlo engendrado.
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[Así, o más raro]
miércoles, 19 de agosto de 2009
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miaus