domingo, 16 de agosto de 2009

Expulsar lo dañino

Al acicalarnos, los gatos nos tragamos los pelos que se desprenden de nuestra piel. No es agradable, pero es algo que no podemos evitar. Simplemente sucede. Algunos no tienen mayor problema con eso, pero otros sufren mucho cuando lo pelos se acumulan en el estómago.
Hay que expulsar la bola que se forma, lo cual es por lo menos incómodo. Doloroso, asqueroso... peor que vomitar. Pero es necesario hacerlo. Si algo nos caracteriza a los gatos -que nos distingue de los humanos- es que no importa cuán doloroso sea, nunca dejamos que las cosas que nos hacen daño se nos queden adentro.
[Por supuesto que eso también aplica a las relaciones personales, debes saberlo. Y si no, ya lo sabrás.]

2 comentarios:

  1. CHAAALE CARNAL QUE BUENAISISISIA ANALOGIA YEAH EM LATE TU TRIP DEL GATO BUENAS VIBRAS

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  2. Gracias hermano, este gato aprecia mucho los comentarios. Trato de ser honesto a mi manera, y qué bueno que te guste. Ya sabes, escribir también es una forma de expulsar lo que hace daño. ¿A poco no?

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miaus