Los riesgos son siempre eso: existe la posibilidad de ganar o perder. Lo que debe preponderar es evitar hacerse daño a uno mismo. Entendidas estas reglas, ¡a jugar se ha dicho!
Jugar, sí, a lo que quieres y no puede ser; a lo que los demás no imaginan. Jugar, no sólo soñar o fantasear; atreverse, hacer, arriesgar... sufrir y gozar; lo que sea menos quedarse sólo viendo a los demás...
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Este gatito pide disculpas una vez más, los demonios de la embriaguez lo atrapan más frecuentemente de lo que le gustaría admitir...
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miaus