martes, 15 de septiembre de 2009

Play with me, now!

Hay veces en las que, de tanto buscar, uno se encuentra lo inesperado, lo que sin embargo se deseaba en lo más profundo del ser. El deseo es así; invoca, evoca y provoca, sin que se lo pueda controlar.
Los riesgos son siempre eso: existe la posibilidad de ganar o perder. Lo que debe preponderar es evitar hacerse daño a uno mismo. Entendidas estas reglas, ¡a jugar se ha dicho!
Jugar, sí, a lo que quieres y no puede ser; a lo que los demás no imaginan. Jugar, no sólo soñar o fantasear; atreverse, hacer, arriesgar... sufrir y gozar; lo que sea menos quedarse sólo viendo a los demás...
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Este gatito pide disculpas una vez más, los demonios de la embriaguez lo atrapan más frecuentemente de lo que le gustaría admitir...

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