martes, 10 de febrero de 2009

La rata espacial

No me gusta comer ratas, suelo alimentarme en los lugares donde los restaurantes tiran la comida que les sobra (tengo varios bien ubicados, por si les interesa), pero no había pensado que podía trabar amistad con ellas. Hasta ayer que conocí una rata espacial precisamente mientras buscaba qué comer.
Me di cuenta de que era diferente porque no me tenía miedo (aunque no me las como, las ratas suelen huir en cuanto me ven), incluso me preguntó a donde podía alojarse por la noche. Le indiqué un buen lugar, y después le pregunté de dónde venía, porque además se veía desorientada. Entonces me contó su historia.
Vivía en una nave espacial, hasta que unos piratas los atacaron. Desde antes había inquietud abordo, pues el capitán sabía que cruzaban por una ruta peligrosa. Una noche mi amiga se despertó y vio a través de su pequeña ventana circular la panza de un barco. En ese momento empezó el ataque. Sin ser vista se metió en la nave enemiga, tripulada por seres idénticos a los humanos que se dedicaban a saquear las naves espaciales que encontraran a su paso. El barco-nave era muy grande, e iba cargado con mercancía muy similar a los productos que dicen made in china. Mi amiga rata se ocultó ahí hasta que la nave aterrizó en este planeta, no hace mucho tiempo, lo cual explica por qué estaba tan desorientada.
No terminó de darme detalles, porque se acercaron más gatos, que creían que iba a compartirles de mi presa. Le expliqué rápidamente a la rata que los animales como yo suelen devorar los que son como ella, y que debía huir de inmediato. Esto se lo dije mientras fingía cazarla, pues si bien es cierto que no como ratas, mi prestigio entre los otros gatos se derrumbaría si supieran que además converso con ellas. A pesar de eso le pedí a mi amiga que nos volviéramos a ver, su aventura me ha dejado con muchas inquietudes.
¿Por casualidad los tripulantes de la nave pirata tenían los ojos rasgados? ¿De dónde viene la mercancía que se roban en el espacio? En fin, me surgen muchas más interrogantes e ideas descabelladas. Ojalá que los gatos del barrio no me impidan volver a verla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

miaus