sábado, 21 de febrero de 2009

Gatito +_+

Los gatos vivimos en la eterna juventud de nuestras siete vidas. De pequeños podemos ser tiernos, pero después la noche nos llama a gritos a vivir con locura. Fiestas, relaciones no formales, peleas... El caso es que nunca estamos listos para ser padres.
La vida en la calle es ruda. Hay que cuidarse de los perros, de los gatos que buscan pelea, luego no hay que comer, y hasta las gatitas hay que disputarse. Entonces, ¿quién va a querer tener hijos?
Las que a veces quieren (y cuando no, ni modo) son las gatas, que tienen que buscar dónde tenerlos. A veces se meten en casas de donde las echan a patadas, otras tienen mejor suerte. También puede ser que no les importe y dejen que los perros se coman a sus hijos en los basureros. No falta el gato cabrón que los mata nada más porque ella prefirió a otro.
Así las cosas, no es extraño el caso de Florecita (ja ja, sí, Florecita). Ella creció hasta que un día se puso linda, y primero salía con uno, pero luego lo cambió por otro. Yo no entré a la competencia porque no me gustan las rubias. Ella después tuvo sus gatitos, y el galán la dejó porque no tenía tiempo para él.
Entonces el otro volvió. Como ella lo rechazó a causa de sus hijos, él los mató a todos. No salió ileso, porque Florecita los defendió tanto como pudo. Pero al ver los pedazos de sus gatitos regados por todas partes, se suicidó. (Fue directo a la casa del rottweiler del vecino)
Eso sucedió hace un par de semanas, y el que mató a los gatitos es mi amigo. Ahora ya sale, porque estaba muy herido luego de la pelea. Está muy débil también, porque desde entonces apenas ha comido. Me siento tan mal por él, que lo voy a invitar a comer a una zona de lujo. Lo que él no sabe es que la comida está envenenada. Bon appetit!!

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