Templo colgado del cielo, paredes blancas, invisibles entre las nubes.
Un sol sonríe en el centro, sostiene una pecera entre sus manos.
En el agua, de azul intenso, baila un pez.
Agita su cuerpo, movimientos ondulatorios, hipnotizantes;
sus colores cambian,
de amarillo a rojo,
de verde a morado,
de azul a negro.
Sus escamas de colores se han incrustado en mi cerebro.
Las veo mutar cada que cierro los ojos.
Ese templo es lo que todavía me atrevo a creer, a soñar.
Eres tú, mi sol, el que brilla sonriente ahí dentro.
La danza del pez es lo que siento, que cambia todo el tiempo.
Y esto que veo de mis ojos hacia adentro, es todo mi universo.
martes, 12 de octubre de 2010
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¿Cómo es posible que blogs tan buenos no tengan comentarios?
ResponderEliminarMe gusta como escribes. Es lo tuyo y siempre debes estar orgullosa de eso.
Por cierto, pasa por mi blog cuando puedas http://cinethingsandstuff.blogspot.com/