Fingir ser alguien más es una práctica común entre los periodistas que desean hacer reportajes muy profundos, porque les permite tener acceso a información y experiencias que sería imposible obtener de otro modo. A esta forma de periodismo se le llama "encubierto".
Me pregunto, ¿qué escribiría alguno de estos periodistas si pudiera hacerse pasar por gato?
¿Qué escribiría yo si pudiera hacerme pasar por periodista?
viernes, 29 de mayo de 2009
martes, 26 de mayo de 2009
Cobre
He visto que muchas de las personas que me agradan tienen uno o dos cabellos rojos ocultos entre el resto que es color oscuro. Al descubrirlos me sentía poseedor de un secreto, hasta entonces bien oculto entre la melena. Siempre pensé que eran como cables de cobre que hacían conexión con su cerebro.
Hoy, mientras acicalaba mi pelaje, descubrí que también tengo uno. Reaccioné con sorpresa, y un poco de miedo. Temo que alguien lo descubra, que pueda por esa vía darme choques eléctricos y componer mi cerebro.
De ahora en adelante seré aún más cuidadoso con las personas a quienes les permito acariciarme, no vaya a ser la de malas...
Hoy, mientras acicalaba mi pelaje, descubrí que también tengo uno. Reaccioné con sorpresa, y un poco de miedo. Temo que alguien lo descubra, que pueda por esa vía darme choques eléctricos y componer mi cerebro.
De ahora en adelante seré aún más cuidadoso con las personas a quienes les permito acariciarme, no vaya a ser la de malas...
2:21
El gato no duerme, sólo mira.
Es todo ojos, y con ellos se traga a la noche.
El gato no duerme, sólo escucha.
Sus orejas, como antenas potentísimas, alcanzan a escuchar toda clase de sonidos:
Quejas, gemidos, ronquidos, ronrroneos;
pesadillas, deseos, sueños;
el cielo, la tierra, el infierno.
Puede oírlo todo, puede verlo todo, pero no hay ni una sola palabra escrita o pronunciada para él.
Por eso no duerme, por eso aún busca.
Es todo ojos, y con ellos se traga a la noche.
El gato no duerme, sólo escucha.
Sus orejas, como antenas potentísimas, alcanzan a escuchar toda clase de sonidos:
Quejas, gemidos, ronquidos, ronrroneos;
pesadillas, deseos, sueños;
el cielo, la tierra, el infierno.
Puede oírlo todo, puede verlo todo, pero no hay ni una sola palabra escrita o pronunciada para él.
Por eso no duerme, por eso aún busca.
sábado, 23 de mayo de 2009
Intento 1, aunque ya sé que no.
¿Qué puedo decirte ahora que no soy yo? ¿Qué podré decirte...? Todo y nada. La cosa es así de absoluta.
Cuando el frío en los pies no te deja dormir deseo que tomes mi piel y te hagas un par de calcetines grises. Sé que te daría mi calor, sé que podría meterme en tus sueños.
He sentido el deseo de abrir tu pecho en dos y ver lo que hay dentro. Hoy sólo quisiera lamer tus manos, tus dedos que deben saber como llamas.
Ya sé que no, ya sé. No sé para quién, si eres tú o soy yo, o no es nadie. Suena a un estúpido juego de palabras, lo sé. Pero en la oscuridad dibujo luces con ellas, busco que se parezcan a ti.
Hoy quise caminar contigo, que me tomaras del brazo. Quise remojar el pan de mis ojos en el café negro de los tuyos, que te los comieras a bocados.
Quiero un dulce que me quite la inquietd, borrar ese sabor amargo, bajar del limbo a tus brazos.
Ya sé que no, ya sé. Mientras puedo ser tus calcetines me acicalaré la piel, intentando creer que son tus dedos los que me acarician, así como las llamas lamen las paredes.
Cuando el frío en los pies no te deja dormir deseo que tomes mi piel y te hagas un par de calcetines grises. Sé que te daría mi calor, sé que podría meterme en tus sueños.
He sentido el deseo de abrir tu pecho en dos y ver lo que hay dentro. Hoy sólo quisiera lamer tus manos, tus dedos que deben saber como llamas.
Ya sé que no, ya sé. No sé para quién, si eres tú o soy yo, o no es nadie. Suena a un estúpido juego de palabras, lo sé. Pero en la oscuridad dibujo luces con ellas, busco que se parezcan a ti.
Hoy quise caminar contigo, que me tomaras del brazo. Quise remojar el pan de mis ojos en el café negro de los tuyos, que te los comieras a bocados.
Quiero un dulce que me quite la inquietd, borrar ese sabor amargo, bajar del limbo a tus brazos.
Ya sé que no, ya sé. Mientras puedo ser tus calcetines me acicalaré la piel, intentando creer que son tus dedos los que me acarician, así como las llamas lamen las paredes.
jueves, 21 de mayo de 2009
¡Por favor!
Esto es casi antigatuno pero... necesito que alguien, quien sea, me ayude por favor a ser completa y asquerosamente feliz...
[Acabo de comer delicioso, la temperatura es perfecta, estoy relajado en un sillón mullido]
¡Ráscame la pancita! ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Ahora!
Tic Toc
Me siento tan estúpido por querer ronrronear sin tener ningún pretexto...
Tic Toc
Okey, ya se me pasó.
[Cierro los ojos, y me duermo mientras trato de consolarme de que nadie vino en mi ayuda pensando que si alguien me rascara la pancita en este instante sería completa y asquerosamente feliz, por lo tanto moriría, pues mi vida carecería de sentido ya que la felicidad perfecta es imposible, y de ser posible sólo puede ser fatal, entonces... ]
[Acabo de comer delicioso, la temperatura es perfecta, estoy relajado en un sillón mullido]
¡Ráscame la pancita! ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Ahora!
Tic Toc
Me siento tan estúpido por querer ronrronear sin tener ningún pretexto...
Tic Toc
Okey, ya se me pasó.
[Cierro los ojos, y me duermo mientras trato de consolarme de que nadie vino en mi ayuda pensando que si alguien me rascara la pancita en este instante sería completa y asquerosamente feliz, por lo tanto moriría, pues mi vida carecería de sentido ya que la felicidad perfecta es imposible, y de ser posible sólo puede ser fatal, entonces... ]
domingo, 17 de mayo de 2009
Sé que parece que no, pero sí...
aunque ya no sé cómo decírtelo, porque no entiendes mi lenguaje. Si no alcanzas a percibir lo que trato de dar [Si sólo ves ratas muertas en tu puerta], no te culpo.
Entonces me callo de todas las formas que sé, y te miro. Sólo te miro porque mis ojos son lo único que puedes ver en claro, porque ahí no hay nada que necesites descifrar.
No puedo darte otra cosa, no sé cómo... [Debo buscar, pensar, inventar algo. Tengo qué]
Sé que parece que no, pero [sabes, debes saber que] sí.
Entonces me callo de todas las formas que sé, y te miro. Sólo te miro porque mis ojos son lo único que puedes ver en claro, porque ahí no hay nada que necesites descifrar.
No puedo darte otra cosa, no sé cómo... [Debo buscar, pensar, inventar algo. Tengo qué]
Sé que parece que no, pero [sabes, debes saber que] sí.
sábado, 16 de mayo de 2009
Secuencia
ADVERTENCIA:
A continuación el lector encontrará una serie de sueños que he tenido, uno seguido del otro. Quiero aclarar que, pese a que los comparto en este espacio, no me hago responsable de ellos pues, como dije en la entrada anterior, estoy seguro de que no son míos. En caso de que usted encuentre aquí fragmentos de sus sueños, sepa de una vez que no acepto reclamaciones.
PRIMERO
Soy una calceta azul marino donde una niña pone su pie. Luego me mete en el interior de un zapato de charol negro. Es oscuro y húmedo. Siento el empedrado de la calle.
- ¿Cuántas personas trabajan aquí?
- Como catorce
- ¿En cada turno?
- No, en total.
SEGUNDO
Soy el espectador de una misa. Cinco bancas delante de mí un joven robusto toma asiento. Está desnudo.
- ¡Qué nalgotas!
- Se nota que está molesto
- Al contrario, estaba bastante entusiasmado con la idea de venir
TERCERO
En una guerra, los extraterrestres nos invaden. Son gigantes humanoides, que por casualidades lingüísticas se hacen llamar "los españoles". Tienen anillos láser destructores.
Las personas se mueven como ratas por los nuevos y enormes edificios construídos. Se organizan y consiguen matar a uno. Su cuerpo se derrumba, como si fuera una estatua de metal. Su anillo, que aún funciona, parte en dos un edificio.
Las personas descubren que si visten de azul o violeta, que es el color que tiene el rayo, éste no les hace nada. Después averiguan que si no le temen no es mortal.
Un joven camina hacia la fuente, que es como un reflector, montado en el anillo gigante. Lo contempla detenidamente, y se va. Dos horas después queda completamente ciego.
La gente busca refugio. En un carro van cinco personas. Ven como se acerca un "español" y se estacionan rápido. Creen que si se quedan quietos no los verá, pero sienten como son levantados por él. Todo el vehículo cabe en la palma de la mano. Les dice que los llevará a un lugar seguro.
Son metidos a un refugio, donde hay más personas. Nadie les hace daño y están muy cómodos. Es una especie de casa de muñecas.
A continuación el lector encontrará una serie de sueños que he tenido, uno seguido del otro. Quiero aclarar que, pese a que los comparto en este espacio, no me hago responsable de ellos pues, como dije en la entrada anterior, estoy seguro de que no son míos. En caso de que usted encuentre aquí fragmentos de sus sueños, sepa de una vez que no acepto reclamaciones.
PRIMERO
Soy una calceta azul marino donde una niña pone su pie. Luego me mete en el interior de un zapato de charol negro. Es oscuro y húmedo. Siento el empedrado de la calle.
- ¿Cuántas personas trabajan aquí?
- Como catorce
- ¿En cada turno?
- No, en total.
SEGUNDO
Soy el espectador de una misa. Cinco bancas delante de mí un joven robusto toma asiento. Está desnudo.
- ¡Qué nalgotas!
- Se nota que está molesto
- Al contrario, estaba bastante entusiasmado con la idea de venir
TERCERO
En una guerra, los extraterrestres nos invaden. Son gigantes humanoides, que por casualidades lingüísticas se hacen llamar "los españoles". Tienen anillos láser destructores.
Las personas se mueven como ratas por los nuevos y enormes edificios construídos. Se organizan y consiguen matar a uno. Su cuerpo se derrumba, como si fuera una estatua de metal. Su anillo, que aún funciona, parte en dos un edificio.
Las personas descubren que si visten de azul o violeta, que es el color que tiene el rayo, éste no les hace nada. Después averiguan que si no le temen no es mortal.
Un joven camina hacia la fuente, que es como un reflector, montado en el anillo gigante. Lo contempla detenidamente, y se va. Dos horas después queda completamente ciego.
La gente busca refugio. En un carro van cinco personas. Ven como se acerca un "español" y se estacionan rápido. Creen que si se quedan quietos no los verá, pero sienten como son levantados por él. Todo el vehículo cabe en la palma de la mano. Les dice que los llevará a un lugar seguro.
Son metidos a un refugio, donde hay más personas. Nadie les hace daño y están muy cómodos. Es una especie de casa de muñecas.
miércoles, 13 de mayo de 2009
Secreta fantasía
Siempre he querido discutir con alguien en una cafetería, y arrojarle una taza de café hirviendo: Si es mujer, a la cara; si es hombre, en el pantalón.
Lo de menos es quién o por qué, lo fascinante es el acto.
¿Voluntarios?
Lo de menos es quién o por qué, lo fascinante es el acto.
¿Voluntarios?
lunes, 11 de mayo de 2009
Casa de bodas
Hace tiempo rondaba una gran casa, donde rentaban cuartos a señoritas. Muy lindas, siempre me dejaban comida en el patio. No tenían intención de acariciarme. Solo me veían. Sólo las veía.
Todas las que dejaban el lugar lo hacían porque iban a casarse. Curiosa coincidencia, nada extraño, pensaban.
Una vez, una de las habitantes más jóvenes, se rehusó a la boda. Su novio y su familia le insistían, pero ella se negaba. Gracias a su trabajo consiguió departamento propio. Iba a ser la primera en irse y seguir soltera.
Empacó sus cosas. Mientras las bajaba el día en que iba a irse tropezó en las escaleras, al caer se golpeó gravemente en la cabeza.
La casa no la dejó marcharse: ella no se iba a casar.
Todas las que dejaban el lugar lo hacían porque iban a casarse. Curiosa coincidencia, nada extraño, pensaban.
Una vez, una de las habitantes más jóvenes, se rehusó a la boda. Su novio y su familia le insistían, pero ella se negaba. Gracias a su trabajo consiguió departamento propio. Iba a ser la primera en irse y seguir soltera.
Empacó sus cosas. Mientras las bajaba el día en que iba a irse tropezó en las escaleras, al caer se golpeó gravemente en la cabeza.
La casa no la dejó marcharse: ella no se iba a casar.
domingo, 10 de mayo de 2009
La solución
Tomó un papel: En él escribió todas las cosas que no le gustaban de su vida y de su persona. Tras pronunciar unas palabras, quemó la hoja.
A partir de ese momento todo fue perfecto... o casi. Ahora vivía en un cuento; no podía existir a menos que alguien lo leyera.
______
Por si no lo habías notado, quien protagoniza esa historia soy yo, y el cuento que me da vida es este que acabas de leer. Ahora bien, si quieres darle continuidad a mi existencia deja un comentario.
A partir de ese momento todo fue perfecto... o casi. Ahora vivía en un cuento; no podía existir a menos que alguien lo leyera.
______
Por si no lo habías notado, quien protagoniza esa historia soy yo, y el cuento que me da vida es este que acabas de leer. Ahora bien, si quieres darle continuidad a mi existencia deja un comentario.
martes, 5 de mayo de 2009
Lapsus visual, sexual, onírico o literario ¿?
Me fue dada una historia, creo. No entiendo bien cómo empieza o termina, tampoco de qué trata. Pero es una de tantas historias, de ésas que vienen a mí sin que yo pueda hacer nada.
Salí a la calle de paseo, buscando ciertos aromas. Mientras caminaba por una avenida transitada miré hacia arriba. En un segundo piso había una amplia ventana de cortinas azules. Vi que se abrieron, entre ellas se asomaba la parte superior del cuerpo desnudo de una joven. Sonreía de una manera extraña.
Tres chicas que caminaban cerca de mí también se dieron cuenta. Las cortinas se cerraron repentinamente; la imagen se fue, pero esa sonrisa como ida tardó más en esfumarse. Las muchachas de a pie señalaban la ventana, incrédulas. Mientras ellas se repetían una a la otra "Yo también la vi", no pude evitar pensar en el gato de Cheshire.
Soñé con ella, vi la escena completa. Yo era el hombre en esa oficina. Estábamos desnudos. Ella se asomó, traviesa, por la ventana. Aproveché ese momento para penetrarla desde atrás. No vi su rostro, pero sentí que todo su cuerpo sonreía. Entonces la atraje hacia mí, y las cortinas se cerraron.
Salí a la calle de paseo, buscando ciertos aromas. Mientras caminaba por una avenida transitada miré hacia arriba. En un segundo piso había una amplia ventana de cortinas azules. Vi que se abrieron, entre ellas se asomaba la parte superior del cuerpo desnudo de una joven. Sonreía de una manera extraña.
Tres chicas que caminaban cerca de mí también se dieron cuenta. Las cortinas se cerraron repentinamente; la imagen se fue, pero esa sonrisa como ida tardó más en esfumarse. Las muchachas de a pie señalaban la ventana, incrédulas. Mientras ellas se repetían una a la otra "Yo también la vi", no pude evitar pensar en el gato de Cheshire.
Soñé con ella, vi la escena completa. Yo era el hombre en esa oficina. Estábamos desnudos. Ella se asomó, traviesa, por la ventana. Aproveché ese momento para penetrarla desde atrás. No vi su rostro, pero sentí que todo su cuerpo sonreía. Entonces la atraje hacia mí, y las cortinas se cerraron.
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