Quiero ver morir la tarde echado en tu regazo. Jugar con los aros de espeso humo que salen de tu boca.
Crear y destruir mundos absurdos mientras te sigo los pasos desde las azoteas. Cansarme de perseguirte. Huir.
Regresar a que me acaricies como si no hubiera sido yo quien te hirió los dedos de las manos clavándote los dientes. Hacerte creer, otra vez, que me quedaré en casa cuando salgas y cierres la puerta. Como si no fuera a escaparme por el resquicio de la ventana, para fugarme feliz y libre a mis otras vidas, tan sólo para buscarte en ellas.
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miaus