De tanto lamer la vanidad de mi cuerpo perfecto, tengo el estómago lleno de ideas falsas. Me da asco sentirlas pasar por mi garganta, cierto, pero no puedo evitar vomitarlas. Sólo así podré continuar acicalando mi ego con el amor y cuidado que merezco.
Ya no te hagas, que tú también lo haces.
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miaus