martes, 9 de marzo de 2010

Breves obsesiones

Cuando un gato encuentra un juguete nuevo enloquece unos momentos por él. Por un lapso de tiempo nada más importa, salvo jugar. No nos preocupa hacer el ridículo, parecer demasiado tiernos, o provocar las risas de los humanos: Toda la atención se centra sobre el juguete.
Esta actitud tiene que ver la curiosidad, supongo, pero también con cierta voracidad. Al nuevo juguete hay que conocerlo, destriparlo, agotar todo su interés: es el impulso de obtener todo lo que puede ofrecer en el menor tiempo posible.
Pocas cosas resisten los embates de un gato. Aún cuando el objeto o la persona sobreviven, no logran permanecer en el interés del felino: Si algo no sucumbe a nosotros, pronto nos aburre.

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