Dos monos y una mona se encuentran en la jungla. Uno no ve, el otro no habla, ella no oye; pero los tres escriben. Piensan.
Luego de la inicial desconfianza, y tras un par de tropiezos, aprenden a conversar entre sí. Entonces desgajan a carcajadas las ramas de los árboles, porque la risa los tumba de las alturas.
Mientras los otros monos permanecen inconscientes de sus autismos, ellos se complementan. Por eso comparten gustosos en la garulla de media tarde su festín de plátanos y cocos.
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miaus