Busco tu sombra, guiado por tu voz en esta noche, tan oscura y cerrada que no puedo andar en ella sin tropezarme, sin temer. Pero lo que sigo no es tu voz. El eco de ese sonido hace mucho que desapareció. Su fantasma se confunde con los ladridos de los perros.
Estoy solo, perdido, empecinado en hallarte. Aturdido y exasperado por esta búsqueda que a mí mismo me parece absurda, pero que no puedo eludir.
Encuentro a alguien que no eres tú. Sus manos no son las tuyas, ni sus sueños son los que habitan en tu mente. Pero está aquí, ahora. Puede darme lo que tú no pudiste o no quisiste. Sirve para lo que tú no, al menos nunca has podido probarlo.
Tal vez no deje de temerle yo a él, ni él a mí. Tal vez no pueda olvidarte todavía, y siga condenado a buscarte.
Pero al menos sé que en este instante, este extraño es más real de lo que tú fuiste.
Si alguna vez te encuentro, no lo olvidaré. Si todavía es posible saldar nuestras cuentas, al vernos sabrás, sabré... y eso será suficiente.
domingo, 13 de junio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
miaus