Es la primera vez que alteras mi esfera, luego de muchos años. Desde aquélla época en la que eras un joven impetuoso, con muchos sueños, y yo nada más un pequeño cachorro con el que compartías el techo.
Ahora te sueño como el que eres, pero son sueños de angustia. En ellos, de alguna extraña forma, se cuela la muerte.
De pronto miro a ese que tenemos en común.
- ¿Tú no lo ves? - te pregunto, pero es obvio que no, porque ya no está. No le temo a su visión, pero su presencia me inquieta. Tal vez tenga algo que decirme, o que decirte a través de mí.
No recuerdo bien por qué, pero abrazas su sombra y no lo sientes.
Lo demás no lo sé explicar. Tiene qué ver más conmigo que contigo. De él, o de su sombra, viene un reproche. Tal vez debería dejar de pensar en todo esto. Tal vez lo estoy molestando.
Lo único que sé es que no quiero soñar nada parecido otra vez.
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miaus