lunes, 8 de octubre de 2012

Hasta que sea el momento

Mi madre me enseñó que la paciencia se usa para matar. Una vez que aprendí a cazar, ella volvió a la calle a ejercer su vocación de puta elegante.

Lo mío no es espera, sino acecho. Me quedo quieto el tiempo que sea necesario para asesinar. Tumbado y oculto, siento que ardo. Me incendio.

Más poderoso que el odio es el deseo. Te quiero atrapar. Te voy a atrapar. Vas a ser mío, pequeño pajarito. Te arrancaré la cabeza y de tu corazón beberé el jugo.

Respiro profundo para enfriarme un poco, para no explotar. Canta, pequeña y dulce ave.

Casi me duele reprimir el movimiento de mi cola. Estoy ansioso, pero no me debo mover, debo saber esperar. Debo contenerme para desplumarte. Debo esperar hasta que sea el momento...

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