No sé si será hoy o mañana, si te encontraré tras esta sombra o aquélla, pero te atraparé.
He sentido miedo de que el hambre que hace rugir mis entrañas te alerte y escapes, pero no me importa acecharte toda la vida, porque el deseo de alcanzarte el el único motivo de mi ser.
Te alcanzaré y morderé tu cuello y saciarás mi sed. Juro que no descansaré hasta sentir tus huesos crujir en mi boca. No me cansaré: sin importar cuánto huyas o te escondas, siempre daré un paso hacia ti.
A veces, como ahora, debo contenerme. Después (¿cuánto más de aguardar en esta incómoda postura?) correré con todas mis ansias y caeré sobre ti como la noche y te mataré.
No te odio, no. Es sólo que nací para tragarme tus latidos. Tienes que morir para despertar después, como yo cuando muera, en otra cacería.
lunes, 26 de noviembre de 2012
domingo, 11 de noviembre de 2012
El movimiento
Era un solo ser divido en dos criaturas
gemelas: un venado-jaguar y un jaguar-venado que se perseguían entre
sí eternamente.
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